viernes, 27 de abril de 2012

DESARROLLO COGNITIVO DE LOS 2 A LOS 4 AÑOS


DESARROLLO COGNITIVO DE LOS 2 A LOS 4 AÑOS

No cabe duda de la importancia que tienen los primeros años de vida en el desarrollo global del niño. En este documento nos centraremos en el desarrollo cognitivo del niño desde los 2 a los 4 años, (será una continuación de la entrada presentada del desarrollo cognitivo de 0 a 2 años) en el que veremos las fases por las que pasa el niño y como vosotros, como padres, podéis ayudar a vuestro hijo para que el desarrollo siga una evolución lo más óptima posible.

En esta etapa, el desarrollo cognitivo del niño pasa por el conocido “periodo preoperacional”, es el momento en que vuestro hijo empieza a utilizar el pensamiento simbólico, que incluye el lenguaje para entender el mundo.
Durante esta etapa, los niños aprenden a cómo interactuar con su ambiente de una manera más compleja mediante el uso de palabras y de imágenes mentales. Esta etapa está marcada por el egocentrismo, o la creencia de que todas las personas ven el mundo de la misma manera que él o ella. También creen que los objetos inanimados tienen las mismas percepciones que ellos, y pueden ver, sentir, escuchar, como lo hacen ellos. Los niños tienden a pensar que las cosas están vivas y sienten.
Un segundo factor importante en esta etapa es la conservación, que es la capacidad para entender que la cantidad no cambia cuando la forma cambia. Es decir, si el agua contenida en un vaso corto y ancho se vierte en un vaso alto y fino, los niños en esta etapa creerán que el vaso más alto contiene más agua. Esto es debido a la incapacidad de los niños de entender la reversibilidad (capacidad de cambio de las cosas) y debido a que se centran en sólo un aspecto del estímulo, por ejemplo la altura, sin tener en cuenta otros aspectos como la anchura.
Aparece la función simbólica, capacidad para hacer que una cosa, una palabra o un objeto sustituya o represente alguna cosa. Esta función la podréis observar especialmente en el juego que realiza el niño. Éste pasa de realizar un juego más sensorial de tocar, mover a través de los sentidos a hacer un juego más funcional, como por ejemplo hacer una carrera de coches, dar de comer a un muñeco, jugar a mamas y papas…
Otra de las principales adquisiciones en esta etapa es que la imaginación se hace presente y el lenguaje se convierte en un medio importante de expresión y de acercamiento a los demás.
 
A continuación tenéis las adquisiciones más importantes de vuestros hijos de 2 a 4 años en periodos concretos.

De 2 a 3 años
· Completa un tablero de formas geométricas de 3 piezas.
· Dibuja una línea horizontal imitando al adulto.
· Copia un círculo.
· Hace pares con los objetos de la misma textura.
· Señala "lo grande" y "lo pequeño", cuando se le pide.
· Dibuja imitando al adulto.
· Asocia colores, estableciendo pares de objetos con idéntico color.
· Discrimina semejanzas y diferencias entre objetos que presentan gran contraste.
· Coloca objetos adentro, afuera, arriba, abajo, cuando se le pide.
· Nombra la acción que muestran las ilustraciones, es decir sabe describir una imagen.
· Hace pares con una figura geométrica y su ilustración.
· Arma rompecabezas de cinco y seis piezas.
· Encuentra un libro específico que se le pide.

A final de los 3 años:
· Sabe a qué sexo pertenece (niño/niña).
· Establece diferencias entre "uno y dos" objetos, entre "muchos y pocos".
· Puede contar hasta tres y cuatro objetos.
· Indica su edad con los dedos.

De manera general se puede decir que el niño de 2 a 3 años cuando juega espontáneamente imita personajes conocidos, imita a los modelos de la televisión; reconoce los colores, los tamaños de los objetos (grandes, medianos y pequeños) y los conceptos espaciales (arriba, abajo, adentro, afuera).

De 3 a 4 años
· El niño cree que su pensamiento es el mismo que el de las demás personas (egocentrismo).
· Piensa que los objetos inanimados (muñecos, objetos, juguetes determinados…) sienten y piensan como ellos (pensamiento animista)
 · No distingue las experiencias reales de las imaginarias, confundiendo con facilidad la fantasía con la realidad.
· Identifica los colores primarios y algunos secundarios.
· No es capaz de hacer correspondencia entre objetos.
· Distingue entre objetos grandes y pequeños, pesados y livianos.
· Distingue con objetos concretos los cuantificadores: muchos, pocos, todos, ninguno.
· Recuerda la melodía de las canciones conocidas.
· Sigue la secuencia o patrón (tamaño, color), que se le da con bloques o cuentas.
· Cuenta hasta 10 imitando al adulto, pero no relaciona el número con la cantidad que representa.
· Identifica y nombra objetos que son iguales y/o diferentes.
· Identifica por lo menos 3 figuras geométricas (especialmente círculo, cuadrado y triángulo).
· Representa la figura humana como un monigote.
· A ciertas partes de sus dibujos les da nombres, pero varía constantemente de denominación ya que carece de intencionalidad al hacerlos.
· Separa objetos por categorías.

Como conclusión de las características de esta edad se puede decir que el niño coloca y nombra la cruz, el círculo, el cuadrado, el triángulo en tableros de encaje. Imita secuencias sencillas con cubos de cuatro colores. Inventa cuentos siguiendo láminas en secuencias. Le agrada que le lean cuentos e historietas. Añade tronco y extremidades correctamente a un dibujo de la figura humana. Mete y saca aros de forma espontánea siguiendo el orden de tamaño.

A continuación proponemos algunas pautas en la adquisición de los conceptos básicos, estos son:

-       Proporcionar actividades que favorezcan la interacción (con objetos y personas).
-       Favorecer un ambiente adecuado y seguro.
-       Partir de los intereses y necesidades de los niños y niñas.
-       Realizar salidas y excursiones que amplíen las posibilidades de observación y exploración.
-       Utilizar variedad y riqueza de recursos materiales: vídeos, fotografías, imágenes, dibujos...
-       Verbalizar todo lo que realicemos, es decir, poner palabras a lo que hacemos.

Signos de alerta:
-       Cuando vuestro hijo a los 3 años sigue utilizando un juego sensorial de mover, tocar, manipular objetos sin llegar a realizar un juego más funcional (incapacidad de hacer juego simbólico).
-             -   Pasa constantemente de una actividad a otra.
-                      -            No sabe explicar lo que ve en una imagen concreta.


Lucía Galván
Psicóloga
Col.18562



Bibliografia:

Mounoud. P. El desarrollo cognitivo del niño: desde los descubrimientos de Piaget hasta las investigaciones actuales, (1996). Conferencia Universidad Rovira y Virgili, Tarragona.

viernes, 20 de abril de 2012

RELACIÓN ENTRE EL NIVEL DE VOCABULARIO COMPRENSIVO Y EXPRESIVO Y LA COMPETENCIA COMUNICATIVA EN UN GRUPO DE ALUMNOS CON SÍNDROME DE DOWN

Antes de empezar con un segundo ciclo de entradas sobre desarrollo os presentamos ésta que ayudará a conocer algunos aspectos del lenguaje en el síndrome de Down.
Se trata de un artículo publicado a principios de año por la revista ISEP Science con el fin de dar a conocer un trabajo de investigación que relaciona el vocabulario y la competencia comunicativa en alumnos con éste síndrome. Os dejamos un resumen y el enlace directo al artículo:
El síndrome de Down es la causa conocida más frecuente de deficiencia intelectual y la alteración genética humana más común: 1/700 concepciones. La incidencia aumenta con la edad materna, especialmente cuando ésta supera los 35 años, siendo éste el único factor de riesgo demostrado de tener un hijo con síndrome de Down. Es una alteración genética producida por una anomalía numérica: la presencia de un cromosoma extra (o una parte de él) en la pareja cromosómica 21.
Los estudios realizados sobre el vocabulario receptivo en personas con este síndrome son bastantes contradictorios, aunque la mayoría de evidencias sugieren que el vocabulario expresivo es peor de lo que se debería esperar por la edad mental. El objetivo del trabajo que os presentamos es describir la relación entre el vocabulario comprensivo y el expresivo con una muestra de 14 alumnos con síndrome de Down de edades comprendidas entre los 7 y los 20 años, y observar si el nivel de vocabulario se relaciona con la competencia comunicativa. Los resultados muestran una correlación positiva del vocabulario comprensivo con el vocabulario expresivo, la competencia comunicativa y la edad cronológica. Por otro lado, el vocabulario expresivo muestra también correlación con la edad cronológica.

Enlace directo al artículo:


¡Esperamos que pueda seros útil!

Anna Caralt Fort
LOGOPEDA
    Col. 3735

viernes, 13 de abril de 2012

Pautas para el desarrollo de bebes de 0 a 2 años


Como fin de ciclo a nuestras entradas sobre como los niños se desarrollan en las diferentes áreas (estando todas ellas conectadas, pues a los niños no se les puede entender sino es desde la globalidad) a continuación os hacemos llegar algunas ideas para que sigáis estimulando a vuestros bebés y proporcionándoles un ambiente rico para que puedan desarrollar todas sus capacidades.
¡Que disfrutéis de esta entrada!

Desarrollo cognitivo: 

A lo largo de este periodo es muy importante que los padres respondáis a cualquiera de las señales que vuestro bebé os transmita.
Es importante favorecer el contacto físico con el bebé, ya que favorecerá la relación afectiva con su hijo y además el bebé le transmitirá los primeros intentos de comunicación a través del llanto, la sonrisa, expresiones faciales, la mirada… gracias a las cuales vuestro hijo os comunicará sus necesidades.
Es necesario estimular la comunicación hablándole, cogiéndole en brazos, dándole de comer, y proporcionarle el afecto que necesita.
Es bueno aprovechar de los momentos del cuidado del niño como es la hora del baño, de la comida, momentos del juego, para establecer una buena relación y disfrutar con vuestro hijo. Por ejemplo darle el pecho o el biberón no solo se convierte en una situación de nutrición si no en un momento de comunicación e interacción con su hijo. Será importante el contacto con la mirada, hablarle, estimularle a través del tacto (con caricias, masajes). El acto de dar de mamar es el primer aprendizaje de los turnos de comunicación.
A partir de los tres meses, es bueno proporcionarle diversos tipos de objetos variados para explorar. Es Importante ofrecerle gran número de estímulos de la casa, auditivos (aun prefiere la voz humana al ruido de los objetos), visuales. Su interés por experimentar con cosas nuevas aumentará a medida que crezca y será óptimo para su crecimiento que pueda experimentar con gran variedad de estímulos en su hogar.
Realizar juegos que le ayuden a ir integrando los diferentes estímulos y desarrollar nuevas capacidades. En este sentido los juegos de esconder objetos o escondernos nosotros mismos tras un pañuelo para aparecer (conocido como el juego de “tat” y que el pequeño busque y encuentre potencia la capacidad de atención y memoria, así como la permanencia del objeto (los objetos existen aunque no los veamos, mi mamá está ahí aunque yo no la vea). Así pues podéis empezar escondiéndoos vosotros tras sus pies en el cambiador o tras un fino pañuelo y después pasar al objeto con juegos muy sencillos como esconder cosas debajo de paños y que los busque e ir complicándolo poco a poco. Por ejemplo, colocar tres paños y que solo debajo de uno de ellos este un objeto que haga ruido, el pequeño tiene que detectar la música y saber de donde proviene. 
Los juegos de observación también permiten que el pequeño capte la atención y la mantenga, mirando cosas que le motiven. Cualquier cosa que llame su atención, ponérsela a su alcance y que lo manipule.
Juegos frente el espejo. Colocar a los bebés frente al espejo, que se vean, que se reconozcan y que vean y reconozcan a los demás, explorando su cuerpo y aprendiendo también el esquema corporal con juegos de mirar y señalar.
Juegos de imitación. Enseñar a los bebés pequeños actos de imitar, al principio muy simples (mover la cabeza, sacar la lengua, hacer los “5 lobitos”, palmitas…etc.) y cada vez mas elaborados
Juegos de encajar y puzles. Pasada la barrera de los 12 meses los encajes y los puzles les ayudan a desarrollar la habilidad de emparejar, buscar la forma adecuada, reconocer formas, completarlas, la atención…etc.
En definitiva, se tratan de actividades planteadas siempre como juegos y en compañía de un adulto que dirige y supervisa, complicándose cada vez más.

Desarrollo del habla

Para desarrollar lenguaje un requisito básico es querer comunicarnos, tener de otro con el que compartir, por ello desde el nacimiento hay que hablar a los pequeños, directamente a ellos, a la cara y modulando la voz, haciendo cambios de tono y de volumen. Reaccionar a cada sonido que emita el pequeño, crear espacios donde interacciona e incitándolo a repetir. Durante el primer año hacer ejercicios con la lengua y con el aire (soplar velas, mover la lengua, empezar con los sólidos blandos) ayudara a que la musculatura se haga mas fuerte.
Es importante que cada vez que hablamos a nuestro bebé le demos un tiempo de respuesta, aunque solo responda con un sonido, estamos enseñándole los turnos de conversación, primero habla uno y luego el otro contesta.
Desde bien pequeños gozan de escuchar canciones, especialmente si les cantamos mirándoles a la cara y haciendo gestos. Es probable que nos pidan las canciones que prefieren mediante los gestos que acostumbramos a hacer en estas.
Es bueno que expliquemos al bebé lo que vamos a hacer siempre anticipándoles lo que vendrá. Aunque ellos no tengan todavía la capacidad de expresión del lenguaje, son capaces de entender lo que les explicamos. Con este ejercicio, que puede llegar a convertirse en una rutina, conseguimos que el vocabulario de los niños sea más amplio. Puede ser tan sencillo como por ejemplo explicarle que partes del cuerpo le vamos limpiando cuando está en la bañera y poco a poco ira aprendiendo cuáles son sus partes del cuerpo.

Desarrollo motor

A partir de los 9 meses el niño amplía sus posibilidades de movimiento y desplazamiento, por lo que necesitará espacios más amplios que no limiten sus posibilidades de exploración y de movimiento. Tendréis que proporcionarle seguridad, delimitando la zona donde pueda moverse, retirando los objetos peligrosos, esquinas, aparatos eléctricos, enchufes.
A partir de los 3 meses debemos ir poniendo durante algunos minutos, siempre antes de las comidas, al bebé boca abajo con una toalla enrollada o el cojín de lactancia bajo sus axilas, de esta manera ayudamos al bebé a ejercer poco a poco su control cefálico, cada día aguantará un poquito más, y permitimos que vaya abriendo las manos que posteriormente le permitirán explorar objetos y ayudarse en el gateo.
Durante los primeros dos años el principal hito de los niños es adquirir la marcha autónoma y perfeccionar la coordinación mano ojo, aprendiendo ha hacer cada vez movimientos mas precisos de las manos.
Por ello durante el primer año hay que darle un ambiente rico para poder desplazarse. Pero para ello antes tendrá que adquirir control cefálico, aprender a voltearse solo, a ponerse de cuatro patas y a levantarse con apoyo y sin apoyo.
Durante los primeros meses boca arriba podéis facilitar objetos a lado y lado del bebé para que tenga que voltearse para cogerlos, objetos con música y que sean atractivos, al tiempo que le ayudáis a voltearse presionando levemente la cadera.
Boca abajo podéis ayudar a que el pequeño adquiera el control de la cabeza colocando un objeto que le interese delante y ayudándole apoyando una de sus manos o brazo como punto de apoyo.
Para estimular el desplazamiento autónomo, ya sea gateando o reptando es muy útil poner algún juguete atractivo para el niño cerca de él pero fuera de su alcance. De esta manera propiciaos que tenga motivación para querer llegar hasta el objeto.
Para ayudarlo a fortalecer la musculatura de las piernas y el gateo podemos colocar al bebé de cuatro patas y ayudándolo poner objetos que le atraigan delante.
Para estimular que apoye sentado, se puede ayudar con cojines que lo sostengan y que se van retirando.
Hacia los 9-10 meses empiezan los juego de tirar objetos, el bebé disfruta de lanzar objetos fuera de su alcance para que el adulto lo recoja y se lo devuelva para poderlo volver a lanzar. Puede resultar un juego agotador pero muy interesante en lo que se refiere a la interacción y la comunicación.
Y para estimular la marcha autónoma primero hay que proporcionarle un entorno en el que deambular a gatas para poder buscar elementos de soporte para posteriormente poder ponerse en pie.
A medida que el niño va adquiriendo habilidades se le ha de ayudar a participar en las actividades cotidianas del hogar, dándole tareas a hacer como ordenar y recoger juguetes, ayudar a llevar algún objeto, comenzar a comer solos… son situaciones que le resultan muy atractivas además de aprender normas y comportamientos sociales.


Sociabilización

Somos seres sociales, por lo que los bebés han de aprender a estar con otras personas desde su nacimiento. Durante los dos primeros años darle un entorno de figuras de referencia estable le ayudara a sentirse a gusto y apegarse, creando vínculos. También es la edad en la que se han de introducir niños por lo que ir al parque es básico.
Actividades en exclusividad con el niño, hablarle, miraos juntos en un espejo, sonreír, ser muy gestuales y expresivos, dejarle que explore a los adultos (los toque, los palpe) son actividades que podéis hacer con vuestros bebés.
Será bueno que las figuras de referencia para él le digan y corrijan cuando realiza comportamientos o actitudes que no son las adecuadas, como podrían ser gritar en el médico, dar pataletas en el supermercado.
A partir de los 2 años es un buen momento para introducir, poco a poco, los modales, cuando decimos por ejemplo ‘por favor’, ‘gracias’, etc.

Alimentación

Ayudar a que le niño interiorice buenas actitudes para con la comida es importante.
Para ello es vital que una comida como mínimo se conciba como una actividad en familia.
Durante los dos primeros años hay que promover en los pequeños pequeñas ejercicios para pasar de blandos a sólidos, que experimente con la comida, mantener unos horarios claros y coherentes, realizar un ritual de comida que sea siempre el mismo…etc. Recordar que el momento de la comida ha de ser un momento placentero y de comunicación con el resto de integrantes de la familia.
A partir de los 2 años los padres deben hacer el esfuerzo de intentar hacer una de las comidas con sus hijos, debemos entender que a ellos ya no les gusta comer solos, prefieren hacerlo juntamente con el resto de la familia.
Sabemos que hay niños en los que el momento de la comida no es precisamente un disfrute, son los niños a los que no les gusta comer y si lo hacen, comen poca cantidad. No desesperéis, un buen consejo es que grabéis una comida cuotidiana, al mirarla y poder observar la situación posteriormente, nos daremos cuenta de que conductas hace que nos pongamos nerviosos e intentemos cambiar nuestra manera de actuar, ya que en muchas ocasiones los adultos, sin darnos cuenta, caemos en la provocación de los pequeños.

Hábitos

Durante los dos primeros años depende del adultos para todo pero puede empezar a ayudar a:
Ponerse la ropa: empezaremos con incitarle a que se quite gorro, zapatos, chaquetas por si solo y pasaremos a actividades mas difíciles conforme vaya creciendo.
En el baño, dejarle que ayude a jugar con el agua, a salpicar y a empezar a tirarse agua es el paso previo a empezar a ayudar a ducharse y adquirir buenos hábitos para con esta actividad.
Se pueden utilizar las rutinas diarias relacionadas con las necesidades básicas para interactuar con el niño y ayudar a que éste se implique, como es que aprenda a comer variado, a dormir solo
Evitar actitudes de sobreprotección o muy rígidas para garantizar un buen equilibrio entre la autonomía personal y la dependencia afectiva.
Para la adquisición de hábitos es una buena idea establecer una rutina de horarios que se altere solo de manera ocasional. Un buen ejemplo seria levantarnos siempre a la misma hora, respetar las horas de las comidas y las horas de siesta, rutinas en la hora de la cena, el baño y dormir. Tener un horario establecido permite a los niños anticipar lo que vendrá.

Bibliografía

El niño de 0 a 3 años. Guía de atención temprana de La Rioja.
Guías del Departamento de Benestar Social y Familia. Programa: Crèixer amb tú: els infants de 0 a 18 mesos. Vila, Ignasi. 2007. 2ª ed. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Departament d'Acció Social i Ciutadania, Secretaria de Polítiques Familiars i Drets de Ciutadania, DL 2007.

viernes, 6 de abril de 2012

Hábitos 0-2


Hábitos 0-2

El ser humano es la única especie humana que requiere, al nacer y durante los primeros años de vida, de otro para sobrevivir. Es por ello que a los bebés se les han de dar mil y una atenciones, cubrirles todas las necesidades básicas, lo que los convierte, al nacer, en completamente dependientes del adulto. Hay que implantar todos los hábitos, imponer todas las rutinas, pero ¿Para siempre? ¿Cuándo mi hijo podrá empezar ha hacer las cosas por si solo? ¿Cómo puedo ayudarlo? ¿En edades tan tempranas podemos empezar a plantearnos estos temas? ¿Me estoy precipitando al querer que haga las cosas por si solo? o ¿lo estoy mimando demasiado? ¿Por donde empiezo?

Esperamos que esta entrada os de algo de luz sobre este asunto, ¡que la disfrutéis!

Cualquier niño, pero especialmente los bebés, son muy sensibles a los cambios en su vida cotidiana y les gusta, disfrutan y necesitan, de un horario estable, que nos permitirá, a medida que vayan creciendo, poder también implantar unas normas y limites claros.

¿Por qué es importante que nuestro bebe tenga un horario claro? Porque así el pequeño podrá estar seguro en su nuevo ambiente, ir integrando las cosas que pasan a su alrededor, entender quienes son las personas importantes porque siempre están presentes y poder empezar, poco a poco, a anticipar las cosas, sabiendo que va después de cada actividad.

¿Cómo poder implantar un horario claro? Esto será mas complejo para los padres que para los bebés. Los bebés asumen con mucha facilidad un horario claro y disfrutan de las situaciones regladas y pautadas. La idea básica es implantar ese horario de forma estable y dar a cada una de las situaciones de cuidado del bebé el tiempo necesario para poder hacerlas con tranquilidad y disfrutando todos de este tiempo en el que nos relacionamos con los niños.

La idea de que al nacer los niños solo comen, duermen y hacen caca, esta muy extendida, y ciertamente, los bebés al poco de nacer pasan la mayor parte de su tiempo haciendo estas actividades por lo que le dedicareis mucho tiempo a ellas, pero ¿Qué hay del “tiempo” de juego? ¿Y enseñarle a ser autónomo?, estas actividades también son importantes y hay que dedicarles un rato cada día.
Poder organizar todas estas actividades os ayudara a estar más tranquilos y transmitir esa tranquilidad a vuestros hijos. Somos las personas adultas las que estamos al cuidado de los niños los que tenemos que adaptarnos a sus ritmos.

Hábitos alimenticios, de sueño e higiene:
Los ritmos de sueño y alimentación se suelen dar en ciclos cortos de 3 horas aproximadamente. El bebé se despierta cada 3 horas para comer y luego vuelve a dormirse.
Desde que nace hasta los 6 meses este suele ser el ritmo de los bebés por lo que tendremos que organizar el resto de actividades entorno a ellos. Los bebés suelen dormir una media de entre 16 y 20 horas diarias. Son capaces de dormir muchas horas seguidas.  Y entre todas esas horas habrá que cambiarlo de pañales. ¿Cuándo? Cada vez que se ensucie y se queje. Si el bebé esta dormido y no se queja no es necesario despertarlo expresamente para cambiarlo de pañal, no es necesario romperle el ciclo de sueño, lo haremos cuando se despierte o cuando se queje. Para cambiar los pañales hemos de tomarnos un tiempo y acompañarlo con caricias y mimos. A partir de los 6 meses el sueño profundo no se da durante tantas horas, pasan más tiempo despiertos  y duermen una media de unas 14 horas diarias de las cuales 10 son por la noche, con dos siestas a media mañana y la del mediodía que suele ser de 2-3 horas de media.

Desde el primer día es recomendable ayudar a los niños a diferenciar el día de la noche, los periodos de comer con los de jugar o dormir. Para ello es importante que durante el día el pequeño este en ambientes con luz y con ruidos ambientales y por la noche en ambientes oscuros sin ruidos y tranquilos. Ayudarlo a diferenciar entre ambientes de comer y de jugar le ayudara también a empezar a modular y predecir qué actividades tocaran, y actuar en consecuencia. Darle de comer en la “trona” en la cocina, colocarle siempre el babero y que la persona que le de de comer sea prioritariamente la misma, cantando una canción siempre al iniciar esta rutina le ayudara a integrarla mejor. Lo mismo pasa con el cambio de pañales, intentar hacerlo en el mismo sitio (siempre que sea posible) y con un elemento como una canción o unas caricias que lo hagan un momento divertido ayudara al pequeño en su desarrollo.

La hora del baño es otra de las actividades que hay que incluir en el horario. Este puede ser uno de los mejores momentos del día y se tiene que aprovechar para establecer un buen vínculo con el niño. Un momento de contacto físico, con caricias, donde escuchar la voz de la madre, del padre o de cualquier otra persona significativa para el bebe. Es un momento que a los bebés relaja y ayuda a que entren en el sueño. Aunque como en todo, puede haber algún bebé que no disfrute tanto de este momento.

Hábitos de autonomía:
Desde los 8 meses ya pueden ayudar cuando se les viste.
Desde los 12-14 meses ya puede empezar a comer con la cuchara, se lleva un vaso de agua solo a la boca, ayuda a recoger juguetes, empiezan a imitar las tareas de casa y las acciones de sus figuras de referencia.
Vuestro hijo pasa de ser una persona totalmente dependiente a empezar a adquirir parcelas de autonomía, pequeñas cosas que puede empezar a hacer solo y que tenemos que promover, ayudándolo y dándole soporte pero también permitiendo que pruebe, que se equivoque y que vuelva a empezar y a intentarlo.

Rato Lúdico:
También hemos de incluir en este horario un rato de juego lúdico y de exploración del ambiente, juegos simples en compañía de la madre o padre, presentándole al pequeño canciones, objetos simples y actividades. De los 0 a los 6 meses, aunque parezca que no se puede jugar con los bebés se les puede empezar a estimular con caricias y moviendo muy cerca de su cara objetos de un lado para otros para que los sigan con la mirada. Es probable que durante los 4 primeros meses muestren más interés por las caras de personas que por objetos, pero poco a poco sentirán interés por los objetos. Así mismo a partir de los 4 meses ya sonríe y espera que le sonrían, se pueden esconder objetos y ver como se maravillan al reencontrarlos, ayudarlo a dar palmitas así como darle oportunidades para que explore.  A partir de los 6 meses se puede jugar a enseñarle el esquema corporal, ratitos frente al espejo para que se mire las manos, la nariz, la boca, y así ayudar a que explore su propio cuerpo. Darles un papel y que empiecen a hacer garabatos así como leerles cuentos y que puedan manipular con diferentes texturas, pasándolas de un reticente a otro, son actividades lúdicas que podéis hacer con los peques a partir de que edad, sin prisas entendiendo que cada niño tiene sus propios ritmos y sus propios intereses. A partir de los 12 meses los juegos de los que disfrutan son muchos más y mas variados, ¡tendréis la sensación de que ya podéis hacer muchas mas cosas con vuestros bebés! Cantar, bailar,  hablarle, leer con el, enseñarle fotos de la familia (18meses), que pueda seguir ordenes sencillas, ayudar en pequeñas tareas (tráeme esto, ayudar a recoger…etc.).

Ya tenemos claro la necesidad de una rutina y un horario estables. ¿Y el chupete?, ¿y dormir con los bebés en la misma habitación?, ¿y cogerlos en brazos?

El chupete puede ayudar al niño a que calme el llanto, porque así se satisface su necesidad instintiva de chupar. No obstante, si es un niño que toma el pecho es recomendable que no se le de el chupete durante los primeros meses porque sino se puede confundir con el pezón de la madre.
Es importante que tengáis en cuenta que un uso prolongado del chupete o de utilizar los dedos (hacer la pipa) puede provocar deformaciones en el paladar, en los dedos, lenguas hipotónicas (es decir con menos movilidad menos tono muscular/fuerza/agilidad) y que todo eso puede repercutir en la alimentación y en el desarrollo del lenguaje por lo que una retirada a tiempo es la mejor de las victorias.

Dormir en la misma habitación que los padres es habitual cuando los pequeños son bebés, pero hemos de tener en mente que es importante que integre su habitación como un espacio propio y por lo tanto deberá dormir en ella cuando lo veáis preparado.

Mecer a los bebés es muy habitual, es una actividad tranquila y que les relaja, el contacto físico con la madre es muy positivo y necesario. No obstante, tenéis que tener en cuenta que estas actividades se pueden hacer en ratos de ocio o momentos de mimos pero que en el momento que empiezan a sostenerse solos (9 meses) y dar los primeros pasos (12-14 meses) hay que dejar que los niños exploren y ejerciten sus habilidades.

Bibliografía:
Créixer amb tu. Els infants de 0 a 18 meses. Una petita guía per a pares i mares. Generalitat de Catalunya.
Taula llevant.

Silvia Pastor Lopez
Psicologa
Col.17944