Esta semana
volvemos ha hablar de TDAH. En la primera entrada ya hablamos sobre las características
principales del trastorno y sobre el diagnostico. Esta semana abordaremos los
diferentes tratamientos que existen en la actualidad y que se han confirmado
mediante estudios como eficaces.
Tratamiento
El tratamiento
para el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, es un tratamiento
multidisciplinar en el que participan e intervienen profesionales de diferentes
ámbitos laborales dentro del campo de la salud y de la educación. Dichos
profesionales son los siguientes:
- Psicólogos
- Profesores
- Familia
- Psiquiatras
- Psicopedagogos
Hay tres
posibles opciones de tratamiento para el TDAH: la intervención farmacológica,
la intervención psicológica y la intervención psicopedagógica. Aunque se
considera que la mas efectiva es la combinación de las tres. A continuación
comentaremos en qué consiste cada una de ellas.
- INTERVENCIÓN FARMACOLÓGICA
La intervención
farmacológica, se presenta hoy día como la primera elección para el tratamiento
del TDAH. Hay numerosas investigaciones que demuestran que este tipo de tratamiento
es superior a otro tipo de intervenciones, a pesar de que el tratamiento que se
debe llevar a cabo para el TDAH debe ser siempre multimodal (no solo debe
utilizarse un modo de tratamiento sino una combinación de varios), para obtener
una mayor eficacia.
El tratamiento
farmacológico, concretamente los estimulantes, son eficaces tanto en la hiperactividad
como en la mejoría de los aspectos cognitivos implicados en el Trastorno por
Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) como el déficit de atención, la
memoria de trabajo y la impulsividad.
Los fármacos
utilizados para el tratamiento del TDAH se dividen en dos grup
Fármacos Psicoestimulantes: Metilfenidato, D-Anfetamina y Remolin.
Fármacos no estimulantes: Antidepresivos,
Antihipertensivos, Atomoxetina y otros como el Donezepilo.
Es el psiquiatra
de referencia para la familia quien decide que fármaco se administra al niño. Suele
ser difícil encontrar la dosis que mas ayuda al niño por lo que es habitual que
esta vaya variándose hasta dar con la que menos efectos secundarios cause.
Alguno de los efectos secundarios que se han observado son: disminución del
apetito, trastornos del sueño, efecto rebote cuando no se administra el
fármaco, sudoración…etc.
Existe una gran
controversia sobre la necesidad o no de la medicación con niños con TDAH. Lo
único cierto es que la gran mayoría de estudios han puesto de relevancia que
los mejores resultados y las mas significativas mejoras se han dado siempre que
se ha combinado la medicación con otras intervenciones.
La intervención
psicológica puede aplicarse de manera grupal o individual.
Se aplica a
nivel grupal cuando, por ejemplo, el niño tiene problemas de relación social y
es necesario trabajar la impulsividad y mejorar su autocontrol y sus
habilidades sociales.
Por el
contrario, se trabaja a nivel individual cuando el niño presenta dificultades
más vinculadas a aspectos emocionales como depresión o ansiedad.
Dentro de la
intervención psicológica, encontramos que el tratamiento Cognitivo- Conductual
es uno de los más efectivos para el Trastorno por Déficit de Atención con
Hiperactividad. Trabajan con un conjunto de técnicas estructuradas que han
demostrado ser muy efectivas. Estas técnicas están basadas en la Modificación de
Conducta y son las siguientes:
REFUERZO POSITIVO: consiste en la aplicación de
un reforzador positivo contingente a la aparición de una conducta. Antes de
aplicar los reforzadores, hay que decidir bien que tipo de reforzadores se van
a usar, en función de cada niño.
EXTINCIÓN: la extinción se produce cuando
analizamos los reforzadores que mantienen una determinada conducta y los
retiramos con la finalidad de que dicha conducta disminuya.
CASTIGO NEGATIVO: consiste en retirar
reforzadores positivos apetitivos contingentes a conductas no deseadas. Se
recomienda que cuando se aplique esta técnica, acompañarla de la aplicación de
reforzadores positivos contingentes ante la aparición de conductas que deseamos
incrementar.
REFUERZO NEGATIVO: consiste en retirar un
estímulo o reforzador negativo cuando aparece una conducta que queremos que sea
incrementada.
CASTIGO POSITIVO: cuando aplicamos un castigo contingente
a la aparición de una conducta no deseable, y que por lo tanto, pretendemos que
disminuya.
ECONOMÍA DE FICHAS: consiste en la acumulación
de fichas, dependiendo de la aparición de conductas deseables o la pérdida de
éstas, ante la aparición de conductas que deseamos eliminar. Por lo tanto, se
podría decir que se trataría de un reforzamiento positivo o castigo positivo o
de coste de respuesta.
TIEMPO FUERA: consiste en la retirada del niño
de un medio reforzante, a otro medio (aislamiento), que proporciona menor
refuerzo. Su aplicación es muy importante en el contexto escolar.
SOBRECORRECIÓN DE PRÁCTICA POSITIVA: consiste en
que el niño practique varias veces una conducta positiva.
CONTRATO DE CONTINGENCIAS: se trata de un
acuerdo establecido entre el niño y el terapeuta, o entre el niño y sus padres.
En dicho contrato se establecen de manera clara y concisa, la cantidad, tipo y
situación de realización de determinadas conductas por parte del niño y/o sus
padres y el tipo de refuerzo que obtendrá por dicha actividad ejecutada. Se
recomienda reforzar las conductas de modo inmediato y realizar contratos de
dificultad crecientes, maximizando las posibilidades de éxito.
COSTE DE RESPUESTA: consiste en quitar el
reforzador positivo, después de que el niño haya realizado una conducta.
Los beneficios
que se han obtenido con las intervenciones cognitivo-conductuales arriba
citadas son los siguientes:
-
Mejor rendimiento académico posiblemente por la
mejora atencional
-
Mejoría de la hiperactividad
-
Mejoría de la relación social
- INTERVENCIÓN PSICOPEDAGÓGICA
La intervención
psicopedagógica, está destinada a mejorar las capacidades académicas del niño y
su comportamiento mientras realiza tareas escolares (como los deberes u otras
actividades) pero también son aplicables a las tareas de casa o cuando el niño
empieza a ser autónomo en sus hábitos diarios. Esta intervención la puede realizar un psicólogo un logopeda (la organización del lenguaje es organización de pensamiento tan necesaria en los niños afectados por tdah) o otro profesional de la educación Algunas de las estrategias
que se emplean en el ámbito escolar son
las siguientes:
Instrucciones: a la hora de dar las
instrucciones es imprescindible que primeramente exista un contacto ocular o
proximidad física con el niño, para asegurar que está prestando atención.
Seguidamente, se darán las instrucciones de una en una, en un lenguaje positivo
y serán cortas y concretas. Inmediatamente después, serán elogiadas.
Explicación de los contenidos académicos:
es muy recomendable que las explicaciones de los profesores motiven al alumno,
sean dinámicas, estructuradas, organizadas y que permitan la participación
frecuente de los alumnos, para
garantizar su atención y comprensión de las explicaciones.
Deberes y actividades: para conocer si el
niño con TDAH va comprendiendo las explicaciones que se dan en el aula, las
actividades que se le tienen que plantear deben ser simples y claras. La
cantidad de trabajo que se le asignará, debe ajustarse al máximo a las
capacidades del niño, sin excederse. Es recomendable fragmentar las tareas,
cuando éstas son largas. Además, es imprescindible la supervisión del profesor
y el refuerzo constantemente.
Es conveniente
que los profesores estén informados de las características y síntomas del
trastorno, así como todo lo que ello conlleva, ya que los profesores son un
pilar fundamental para la intervención en el trastorno.
Acabaremos con
las entradas sobre TDAH en las próximas semanas con una nueva entrada donde
daremos algunas pautas a los padres sobre como ayudar a los pequeños desde casa
y una recopilación de materiales en web que pueden ser de mucho interés para
todos.
Silvia Pastor Lopez
Psicóloga
17944
BIBLIOGRAFIA:
Libro de ADANA: “ El alumno con TDAH
DSM-IV Breviario: criterios diagnósticos,
MASSON, S.A, 1995.