viernes, 28 de junio de 2013

EL ESTRÉS INFANTIL






EL ESTRÉS INFANTIL

La infancia es un período que se caracteriza por cambios y adaptaciones del día a día. Los niños deben hacer frente a esas nuevas situaciones para poder superar los cambios de una etapa a otra; y son precisamente esos factores o situaciones que producen ansiedad y tensión, llevándolos a comportarse de una manera distinta a la acostumbrada. Esto es lo que se conoce como “Estrés infantil”. El estrés es un conjunto de reacciones, tanto a nivel biológico como psicológico que se producen por ciertas situaciones que el niño no puede controlar, alterando su equilibrio general.
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Los factores de los que va a depender la reacción de estrés en el niño son:
- Efectos o estímulos que están estresando al niño.
- Percepción que tiene el niño ante estos efectos o estímulos que le causan estrés, es decir tal vez no se siente capaz de enfrentarlos o cree en la capacidad de controlar lo que siente ante algún factor estresante.
- Comportamiento del niño ante situaciones estresantes.
- Impacto que tiene sobre su desempeño escolar, relaciones sociales, familiares, salud física y emocional.

En la infancia, de forma similar a lo contrastado en otras franjas evolutivas, la valoración del impacto, así como el afrontamiento de acontecimientos estresantes, parece diferir en función de una amplia gama de variables y circunstancias (Méndez-Carrillo, Orgilés-Amorós y Espada-Sánchez, 2004; Sandín, 2003;Valencia-García y Andrade-Palos, 2005).

Eventos que estresan a los niños:

-       Estresores dentro del ámbito familiar: Divorcio o separación de los padres, duelo de uno o ambos padres, maltrato físico por parte de los padres, abusos sexuales en el hogar, el nacimiento de un nuevo integrante en la familia, etc.
-       Estresores en el ámbito escolar: El cambio a nivel escolar afecta su rendimiento académico siendo más notable en los niños que en las niñas, un examen en el colegio, hablar en público u olvidar hacer una tarea o trabajo, ser molestado por niños mayores, terminar sus trabajos más tarde que los demás, ser ridiculizado en clase, cambiarse de escuela, llegar tarde al colegio.
-       Estresores en el ambiente social: El ritmo de vida tan acelerado y cambiante que llevamos; ir al dentista o al hospital; actividades extraescolares;etc.

Cómo reacciona un niño ante el estrés
Cada niño es diferente por lo tanto reacciona de distinta manera ante el estrés; así también los síntomas que el niño presente como respuesta ante éste, varían de acuerdo al entorno familiar y escolar.

Factores emocionales y de conducta
  • Sensibilidad.
  • Se muestran más temerosos.
  • Tienen poca confianza en sí mismos.
  • Están preocupados innecesariamente.
  • Tristeza.
  • Ansiedad.
  • Indiferencia.
  • Tienden a retrasar sus deberes.
  • Despistados.
  • Presentan bajo rendimiento escolar.
  • Son exigentes y desafiantes.
  • Su temperamento se exalta, molestan a otros niños.

Síntomas Físicos
  • Lloran sin causa alguna.
  • Sudor en las palmas de las manos.
  • Dolores de cabeza y de estómago.
  • Se tuercen o arrancan los cabellos, se muerden las uñas.
  • Pueden llegar a orinarse.
  • Perturbación del sueño, tienen pesadillas.

Síntomas físicos en el niño ante estrés excesivo
  • Dolor de cabeza.
  • Molestia estomacal.
  • Problemas para dormir.
  • Pesadillas.
  • Mojar la cama, por primera vez o de manera recurrente.
  • Disminución del apetito.
  • Cambios en los hábitos alimentarios.

 Síntomas emocionales en el niño con estrés excesivo
  • Ansiedad.
  • Se siente preocupado.
  • Irritabilidad.
  • Miedos que pueden ser nuevos o recurrentes.
  • No quiere estar solo, se aferra a sus padres.
  • Comportamiento agresivo.
  • Se muestra necio.
  • Puede presentar regresiones, es decir comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo si esta estresado?

Como padres, vosotros sois quienes mejor conocéis a vuestro hijo e incluso podéis saber en algunas ocasiones como va a reaccionar ante un factor estresor, por lo tanto será importante orientarlos sobre la manera más saludable de enfrentar la situación. Algunas sugerencias son:
  • Transmitirle tranquilidad al niño y demostrarle que está seguro en casa.
  • Ser tolerantes y enseñarle a que lo sea ante las personas y situaciones que le causen frustración.
  • Es bueno avanzar al niño los acontecimientos importantes y establecer con ellos unas rutinas, eso les ayudará a ser predecibles.
  • Entre las causas que pueden estresar al niño, muchas se relacionan con la escuela por lo que es muy importante elegir el colegio más adecuado para la personalidad del niño.
  • Como padres tenemos que provocar que el niño sea más abierto y comunicativo, así podrá expresar más fácilmente y con mayor libertad sus sentimientos, preocupaciones y miedos.
  • Es muy importante enseñar a los niños a ser asertivos, es decir saber decir No ante determinadas situaciones y por supuesto a que confíe en los demás (maestros, familiares) para pedir ayuda.
  • Escucharlos sin criticar.
  • Debemos conocer y poner mucho cuidado ante los signos de estrés no resuelto en el niño.
  • Estar pendiente de que realicen sus deberes pero también de que tengan momentos de descanso y relajación, de igual manera vigilar su alimentación para que sea saludable.
  • Si detectamos que los signos de estrés no disminuyen ni desaparecen en el niño durante un período prolongado de tiempo, entonces no debemos esperar al "Luego se le pasará", busquemos asesoramiento profesional.
El terapeuta realizará todas las pruebas pertinentes para determinar el grado de estrés en el niño y la mejor forma tratarlo; es muy importante para ello la participación de la familia ya que el profesional da consejos a los padres sobre cómo tratar al niño, qué exigirle y cuanto.


BIBLIOGRAFIA:

B. Sandín. (2003). El estrés: un análisis basado en el papel de los factores sociales. Revista Internacional de Psicología clínica y de la Salud. ISSBN 1576-7329. Vol. 3, Nº1. Pp.141-157.

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=325942

http://www.aepc.es/ijchp/articulos_pdf/ijchp-196.pdf

http://156.35.33.98/reunido/index.php/PST/article/view/8827


Lucía Galván Trapote
Psicóloga. Num. Colegiado. 18562

viernes, 14 de junio de 2013

DIFERENCIAS INDIVIDUALES A LA HORA DE LA ESCOLARIZACIÓN

DIFERENCIAS INDIVIDUALES A LA HORA DE LA ESCOLARIZACIÓN

Esta semana queremos hablaros de la importancia de poder atender, en el momento de la escolarización, a las diferencias individuales de los niños en su desarrollo y a la atención a la diversidad del alumnado.
Con esta pequeña entrada queremos informar sobre los diferentes recursos que, desde Catalunya, se ponen en marcha para atender a todas las necesidades de los diferentes alumnos.

Servicios, recursos y estrategias específicos de atención a la diversidad y a las diferencias individuales.

Eap (equipo de asesoramiento psicopedagógico)
Los EAP son servicios educativos de composición interdisciplinaria (psicólogos, pedagogos, asistentes sociales) que tienen por objetivo el asesoramiento y la orientación psicopedagógica en los centros educativos para que éstos puedan responder adecuadamente a las diversas necesidades educativas que presentan los alumnos a lo largo de su escolaridad.
Si antes de la escolarización se detectan dificultades de alguna índole se puede acudir al EAP para poder valorar que necesidades específicas necesita el niño/a.
Si el niño ya asiste a recursos asistenciales que están tratando sus problemas (Centros de desarrollo infantil y atención precoz…etc.) desde estos recursos se coordinaran con los profesionales del EAP.

PI (plan Individualizado).
Se debe elaborar un plan individualizado para un alumno/a cuando se considere que para su progreso son insuficientes las adaptaciones incorporadas a la programación ordinaria y las medidas de refuerzo o ampliación previstas. El plan individualizado recoge el conjunto de ayudas, apoyos y adaptaciones que el alumno/a pueda necesitar en los diferentes momentos y contextos escolares.
La propuesta de elaborar un plan individualizado puede surgir de un dictamen de escolarización, de un informe psicopedagógico o demanda de un tutor/a, o de cualquier otro maestro/a o profesor/a del equipo docente si identifican que para el progreso de un alumno/a no son suficientes las medidas de atención a la diversidad planificadas para el centro en general o para su grupo clase en particular.

USSE (unidades de apoyo a la educación especial)
Las unidades de apoyo a la educación especial (USEE) son recursos para facilitar la atención educativa y promover la participación en entornos escolares ordinarios a los alumnos con discapacidades intelectuales, trastornos generalizados del desarrollo y trastornos del espectro autista.
Los alumnos atendidos por los profesionales de la USEE tienen como marco curricular de referencia, con carácter general, el mismo que se estipula para el conjunto de los alumnos, reflejado en el proyecto educativo, priorizando aspectos que favorezcan su autonomía y equilibrio personal y el desarrollo de habilidades sociales. Las adaptaciones que se hagan para cada alumno se determinarán en su plan individualizado. Será el equipo docente quien establecerá los criterios para la atención y la evaluación de estos alumnos, trabajando de manera coordinada con la comisión de atención a la diversidad.

Atención a los nuevos alumnos (aula de acogida)
Ante el choque emocional que en este alumno puede representar la llegada a un entorno social y cultural completamente nuevo, los centros prevén medidas específicas para que pueda sentirse bien acogido y percibir el respeto de la comunidad educativa hacia su lengua y cultura. Hay que organizar los recursos y estrategias adecuados para que, lo más rápidamente posible, pueda seguir con normalidad el currículum y adquirir la autonomía personal en el ámbito escolar o social.
El aula de acogida debe ser un punto de referencia y un marco de trabajo abierto con una constante interacción con la dinámica del centro, que permite una atención emocional y curricular personalizada y un aprendizaje intensivo de la lengua catalana y proporciona al alumno / a recién llegado una atención adecuada a las necesidades y progresos relacionales y lingüísticos, como complemento el trabajo del grupo clase al que esté adscrito.
Es conveniente que el horario del aula de acogida no interfiera en las áreas que el alumno / a recién llegado puede compartir con los compañeros de clase y que la duración de la asistencia vaya disminuyendo a medida que avance en los aprendizajes. Cabe la interacción con el resto de los alumnos del grupo clase para facilitar su proceso de socialización. Ningún alumno / a no debe estar todas las horas lectivas en el aula de acogida. Una opción recomendable sería que estuviera la mitad de su horario lectivo. El paso del alumno / a recién llegado en el aula ordinaria exige mucha coordinación y una atención educativa que incremente progresivamente los aprendizajes normalizados, pero con el apoyo suficiente para asegurar el éxito escolar.
Por el carácter abierto del aula los alumnos deben poder incorporarse en cualquier momento del curso, y también se debe poder decidir la reincorporación de un alumno en el aula ordinaria en el momento que se considere más adecuado.

Todos los niños son diferentes y tienen necesidades educativas diversas pero hay algunos niños y niñas que necesitan una atención especial y más ayudas y apoyos para poder compartir las actividades con sus compañeros de la escuela. Generalmente son necesidades derivadas de sus condiciones personales, de problemas de movilidad o de alguna discapacidad.
En caso de que su hijo o hija presente alguna de las condiciones antes mencionadas, puede ser considerado un alumno con necesidades educativas especiales (NEE). En estos casos, el equipo de asesoramiento y orientación psicopedagógica (EAP), en colaboración con los maestros y otros profesionales especializados, identificará y valorará sus necesidades educativas y le orientará sobre el centro o centros que pueden atender mejor su hijo o hija, según sus necesidades.

Escuelas de educación especial.
Escuelas especialmente indicadas para los niños/as que requieren apoyos más intensos y especializados para desarrollar y aprender.
En algunos casos puede aconsejarse una escolarización compartida entre los dos tipos de centro.

Educación compartida (escuela ordinaria-escuela especial).
Los alumnos/as que requieren recursos especiales para sus necesidades específicas pueden realizar la denominada educación compartida. Realizar algunos días clases en la escuela de educación especial y otros días en una escuela ordinaria.
La escolaridad compartida requiere la coordinación entre los profesionales de los centros educativos que atenderán el alumno / a. A fin de garantizar la coherencia y la complementariedad de las actuaciones, es necesario que, antes del inicio de curso, los profesionales de ambos centros que participen en la atención educativa al alumno / a, conjuntamente con el EAP, concreten la atención que se dará al alumno / a en un plan individualizado-prioridades educativas, emplazamientos en los que se llevarán a cabo y criterios para el seguimiento y la evaluación (para detalles de estos planes, véase el apartado de este documento correspondiente a los planes individualizados) - y se hagan los ajustes horarios que corresponda.

En definitiva, los padres de los niños/as con necesidades especiales deben saber que existe un amplio abanico de recursos para atender a sus hijos.

Bibliografía:
Silvia Pastor López
Psicóloga

Col.17944

sábado, 8 de junio de 2013

Cuida los dientes de los más pequeños



En muchas ocasiones nos hemos preguntado en que momento deben comenzar los niños a limpiarse los dientes y a qué edad deben hacer su primera visita al dentista. Cierto es que no se divulga demasiada información sobre este tema, ni en pediatras, ni a través de campañas estatales. Con esta entrada nuestra intención es poder ayudar a los padres a cuidar de la boca de los más pequeños, generando un hábito saludable y que le permita disfrutar de una boca sana.

Los especialistas en odontopediatria, rama de la odontología que se encarga de tratar a los niños, recomiendan empezar con la higiene bucal a los pocos días de nacer. Aconsejan limpiar las encías con una gasa húmeda para retirar restos de leche que quedan en la boca, que generan bacterias y pueden producir caries. 

Al aparecer los primeros dientes, alrededor de los 6 meses, debemos empezar a cepillar las piezas dentales y continuar con la limpieza de las encías. Cepíllalos suavemente con agua y un cepillo de dientes infantil. Es en este momento cuando debemos hacer la primera visita al dentista. En esta primera visita, el dentista examina la boca del niño, comprueba su crecimiento y desarrollo, busca posibles lesiones orales, caries u otros problemas, evalúa el uso de chupetes o el hábito de chuparse los dedos y, si existen anomalías en la posición de los dientes, informa de los tratamientos más adecuados. Es importante cuidar de los dientes de leche, son importantes no sólo para poder alimentarse y hablar correctamente, sino también para: No perjudicar el desarrollo del maxilar, los dientes permiten masticar y el masticar es un ejercicio que beneficia el crecimiento y desarrollo de la mandíbula, preparándola para recibir a los dientes permanente que son casi el doble de tamaño que los de leche.

Es a partir de los dos años cuando se puede comenzar a cepillar los dientes con un dentífrico con flúor. Debes explicarle que debe escupir la pasta. Este ejercicio de escupir la pasta también le ayudará a trabajar su musculatura orofacial. Continúa cepillándoselos hasta que te hayas asegurado que puede hacerlo por él mismo.

Durante la época en que le salgan los dientes, algunos niños están nerviosos, no duermen, se irritan, e incluso pueden perder el apetito y babear más de lo habitual. Si presentase fiebre o diarrea o sigue estando malhumorado e incómodo, hay que consultar al médico.

¿Cómo podemos enseñar a los niños a lavarse los dientes? 

Intenta crear en el niño el hábito de limpieza. Controla el cepillado por lo menos hasta los 6 años, cuando los dientes de leche empiezan a caerse para dar paso a los dientes permanentes. Hay que lavarse los dientes y encías después de cada comida y siempre antes de acostarse. La técnica de cepillado es fundamental.
Primero se cepillan las superficies que mastican con movimientos de delante hacia atrás (sólo las muelas). Luego barremos siempre hacia el diente, limpiando encías (la parte rosa) y el diente, con suavidad, pasando varias veces por cada pieza dental. Seguimos un orden, empezando por un lado de la dentadura y acabando en el otro, tanto arriba como abajo. Por dentro, los dientes también se deben limpiar igual que por fuera, pero el cepillo no nos cabe de forma horizontal de colmillo a colmillo, por lo que lo ponemos vertical.
Recuerda que los niños deben usar un cepillo de cabeza pequeña con cerdas de dureza suave. Cuando los filamentos se despeinen, hay que sustituirlo por uno nuevo para que no les dañe las encías.

¿Cuáles suelen ser las problemáticas bucales más frecuentes en odontopediatria?

Las caries : es un proceso destructivo (agujero) en dientes y muelas que produce dolor e inflamación. Se produce cuando los alimentos azucarados entran en contacto con las bacterias de la boca (placa dental) y el ácido que producen ataca al esmalte del diente.
Los traumatismos: es la patología más frecuente en niños de 7 a 11 años. Los dientes de leche suelen moverse y los dientes permanentes suelen fracturarse. Si por un golpe se ha desprendido totalmente el diente, se puede reimplantar si han pasado menos de dos horas. El transporte de la pieza dental al profesional debe ser en la propia boca del niño, en leche o en suero, y no hay que limpiarlo ni cepillarlo, ya que se perdería la posibilidad del implante.  
Enfermedades de las encías: comienza con una inflamación de las encías que sangran al cepillarse los dientes o al comer. Puede deberse a una mala técnica de cepillado o bien a la falta del mismo.

¿Qué podemos hacer para prevenirlas?

-          Hay que cepillar los dientes y encías después de cada comida y siempre antes de ir a dormir, este último cepillado es el más importante.
-          El cepillo ha de ser de cabeza pequeña con cerdas de dureza suave. Cuando los filamentos se despeinen hay que sustituirlo por uno nuevo para que no dañe las encías.
-          Es conveniente que el dentífrico contenga flúor. Basta con poner una pequeña cantidad en el cepillo.
-          Los niños con asma que utilizan inhaladores o los que toman jarabes que contienen azúcares, deben lavarse los dientes después de la medicación o uso del inhalador.
-          Los alimentos dulces, refrescos, zumos envasados, batidos y chucherías dañan los dientes. Hay que limitar su consumo y no se deben ofrecer a diario, ni utilizarlos como premio.

Bibliografia: 

Tu sonrisa es única. ¡Cuida tus dientes! Información a las familias. Consejería de Educación y Consejería de Salud de la Junta de Andalucía [acceso: 25 de abril de 2013].
Odontopediatría. DentalInfo.es [acceso: 25 de abril de 2013].
HealthyHabits. MouthHealthly – American Dental Association, 2013 [acceso: 25 de abril de 2013].





sábado, 1 de junio de 2013

Epilepsia II



EPILEPSIA INFANTIL II



En la siguiente entrada damos continuidad a la anterior entrada de Epilepsia I en la que explicábamos en qué consiste dicho trastorno, cuáles son sus causas, y los tipos de crisis epilépticas que puede sufrir un niño. En esta entrada tratamos el tema de su prevención, que tratamiento es el más óptimo así como también como debemos actuar como adultos, cuando tenemos en nuestro entorno un niño con este trastorno.

Recordamos que la Epilepsia es un trastorno neurológico provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. La persona afectada puede sufrir una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva.

PREVENCION

Muchos casos de epilepsia secundaria a traumatismos se pueden prevenir haciendo uso de los cinturones de seguridad en los vehículos y de cascos en las bicicletas y motos; poniendo a los niños en asientos adecuados para coches y, en general, tomando las medidas de precaución necesarias para evitar traumatismos y daños en la cabeza.
Seguir un tratamiento después del primer o segundo ataque también puede prevenir la epilepsia en algunos casos.
Unos buenos cuidados prenatales, incluyendo el tratamiento de la tensión alta e infecciones durante el embarazo, pueden prevenir daños cerebrales durante el desarrollo del bebé, que conduzcan a una posterior epilepsia u otros problemas neurológicos.
El tratamiento de enfermedades cardiovasculares, tensión alta, infecciones y otros trastornos que puedan afectar al cerebro durante la madurez y la vejez también puede prevenir muchos casos de epilepsia en adultos.
Por último, identificar los genes implicados en muchos trastornos neurológicos puede ofrecer oportunidades para un estudio genético y un diagnóstico prenatal que puede prevenir muchos casos de epilepsia.

TRATAMIENTO

Un diagnóstico cuidadoso y exacto del tipo de epilepsia que padece el enfermo es fundamental para encontrar un tratamiento efectivo. Hay muchas formas diferentes de tratar la epilepsia. Los tratamientos actuales pueden controlar los ataques, al menos durante cierto tiempo, en aproximadamente un 80% de los pacientes con epilepsia.
Las posibilidades de tratamiento de la epilepsia son la medicación, la cirugía y una dieta alimenticia específica. La mayoría de las veces, lo que se aplica es una combinación de las dos o de las tres modalidades.
  • Medicamentos. Actualmente hay un gran número de medicamentos para personas epilépticas, cada uno de los cuales es apropiado para los diferentes tipos de ataques con diferentes efectos benéficos y efectos secundarios. La medicación para la epilepsia tiene una condición muy importante. Más que en ningún otro caso, se deben seguir al detalle las instrucciones que dé el médico, referentes a cómo tomar los fármacos, el momento del día, acompañados de la ingestión de alimentos o no... La razón principal es que lo primero es lograr que el organismo alcance un nivel general favorable a la prevención de este trastorno.
Posteriormente, la elección de otros medicamentos y sus dosis se tienen que ir ajustando a las condiciones de cada persona afectada. Se considera que el paciente "está curado" de las crisis convulsivas cuando se ha logrado un control completo de las crisis durante un período mayor de 2 años.
El período de mayor riesgo de recaídas en las crisis son los primeros 6 meses después de suspender la medicación. Algunos factores que aumentan la posibilidad de reaparición de las crisis después de un control completo están relacionados con:
  • Período prolongado de crisis convulsivas (más de 6 años) antes de lograr el control completo de las crisis
  • Crisis frecuentes, más de 2 por mes, antes de lograr el control completo.
  • Déficit neurológico evidente
  • Retraso mental
  • Crisis convulsivas mixtas
  • Descargas convulsivas persistentes en el electroencefalograma al finalizar el período de dos años de control de las crisis.
Para la mayoría de pacientes epilépticos, los ataques pueden ser controlados con un único medicamento, administrado en la dosis y forma adecuadas. Debido a que la combinación de varios medicamentos amplifica los efectos secundarios, sólo se prescribe en aquellos casos en que el control de los ataques es imposible con un único medicamento.
  • Alimentación. Cuando los medicamentos no dan resultado, una alternativa o complemento al tratamiento puede ser una dieta rica en grasas y baja en hidratos de carbono y proteínas, que el médico o un dietista profesional también indicará y ajustará a las necesidades personales. Esta dieta especial se llama cetogénica, porque dichos alimentos, una vez ingeridos y asimilados, se convierten fácilmente en una sustancia química que se llama cetona.
  • Cirugía. La intervención en quirófano es otra alternativa de tratamiento, pero sólo se escoge tras realizar al paciente un detallado análisis. El objetivo de la operación es quitar la parte de tejido cerebral que esté dañada para que los ataques no se sigan produciendo. 
El desarrollo de los trastornos epilépticos dependen de muchos elementos, desde la edad en que empiezan, hasta la rapidez con que se detectan como convulsiones propias de esta enfermedad y del tratamiento que se recomienda. Algunas formas de presentación de los ataques son realmente leves y llegan a desaparecer. Otras, que pueden considerarse algo más serias, no desaparecen, pero sí permiten llevar una vida prácticamente normal con un control regular mínimo.

ACTUACIÓN FRENTE A LAS CRISIS

Qué se debe hacer
  • Lo ideal es tratar de echar a la persona en el suelo, porque si no terminará cayendo por sí misma con el consiguiente riesgo de lesión.
  • Si el enfermo ya se está medicando, lleva siempre consigo unas pastillas, tabletas o similar y ha informado de ello a los que se encuentran con él en el momento del ataque, habrá que introducirle el fármaco en la boca antes o después de que se produzca la crisis (durante la crisis no tiene sentido porque el proceso digestivo se detiene).
  • Hay que tener mucho cuidado al acercarse al enfermo, porque incluso estirado en el suelo despliega una fuerza inconsciente fuera de lo normal y puede dar golpes con cualquiera de las extremidades.
  • Se deben apartar de inmediato todos los objetos que puedan estar a su alrededor, porque podría alcanzarlos y golpear o golpearse con ellos.
  • Uno de los movimientos incontrolados que realice será probablemente con la boca, así que hay que tratar de ponerle entre los labios un objeto alargado y duro (un palo, por ejemplo), para que no se muerda la lengua ni los labios, que pueden terminar seriamente dañados.
  • Para que no se golpee la cabeza contra el suelo durante las convulsiones, se le puede colocar debajo de la nuca un almohadón, o bien una prenda de ropa doblada.
  • No hay que tratar de trasladar a la persona mientras sufre el ataque. Lo mejor es esperar a que éste pase. Si las convulsiones se prolongan más de cinco minutos, o se sabe con certeza que se trata de una persona diabética o embarazada, lo que se debe hacer es avisar a una ambulancia). Una vez superado el ataque epiléptico, el enfermo no recordará qué le ha pasado y se sentirá muy confuso; no hay que dejarle sólo, porque es posible que no recuerde dónde está o dónde vive.

Qué no se debe hacer

  • No es necesario realizar respiración artificial.
  • Los cambios de coloración de la piel se producen a causa de la reactividad de los vasos cutáneos.
  • No hay riesgo de que el niño se ahogue con su lengua.
  • Los ruidos se deben a la falta de coordinación de la respiración y al aumento de secreciones.
  • No se debe sacudir o golpear al epiléptico.
  • La crisis comienza y se interrumpe de forma espontánea.
  • No hay que ponerle alcohol en la frente.
  • No es útil administrarle medicamentos por la boca.
  • El epiléptico está inconsciente, el mecanismo para tragar está falto de coordinación en ese momento. Además, los medicamentos anticonvulsivos no hacen efecto inmediatamente; los cambios en el control de las crisis se aprecian cuando los fármacos ya han llegado a la sangre en cantidades suficientes y tras 7 días como mínimo.
  • Pasada la crisis no se necesita ningún sedante.



BIBLIOGRAFIA





Lucía Galván Trapote
Psicóloga.
Especialista en Atención precoz y familia
Num. Col. 18562