viernes, 30 de marzo de 2012

Desarrollo de la sociabilidad de 0 a 24 meses



El proceso de sociabilidad en el niño surge a partir de la relación que establece con los demás.
Los seres humanos somos seres sociales y es la interacción social que desarrolla las particularidades que lo distinguen como tal.
El proceso de socialización consiste en la aparición por parte del individuo de toda la experiencia social, lo cual le proporciona la posibilidad de integrarse a la vida en sociedad.
El proceso de socialización transcurre a lo largo de toda la vida y se caracteriza por ser de carácter bidireccional, es decir, por un lado se encuentra toda la influencia que ejercen los grupos y por otro, la recepción activa que realiza el individuo. En este proceso bidireccional, los padres adquieren un papel fundamental, ya que son los primeros “agentes de socialización” del niño, las primeras personas con las que interacciona.

De 0 a 3 meses:

Durante los primeros meses de vida los bebés necesitan adaptarse dadas las grandes diferencias entre el útero materno y el mundo al que acaban de llegar. Han de adaptarse a la presión que supone la gravedad, respirar por sí mismos, alimentarse, etc. Por eso mismo pueden llorar al notar que nos alejamos o al no escucharnos, es normal, hasta ahora estaba acostumbrado a vivir escuchando el latir del corazón de su mamá. Podremos observar que con un mes fija la mirada en la cara del adulto cuando este le habla, parece mirarnos fascinado.
Hacia los dos meses nos sigue con la mirada y aparece la sonrisa social (sonríe a las caras familiares). Se queda quieto y se tranquiliza cuando le hablan.
A los tres meses se anima cuando ve el biberón o cuando sabe que ha de mamar. Busca las caras y aprecia la compañía.

De 3 a 6 meses:

Es a los 4 meses cuando ríe a carcajadas al jugar con nosotros y a los 5 cuando ve imágenes reflejadas en el espejo. El espejo ayudará a que el pequeño pueda reconocerse a sí mismo como persona, hecho que se consolida alrededor de los 8 meses.
Es también a los 5 meses cuando reconoce a las personas que están con él habitualmente y responde, con sonidos, a la voz del otro. Gracias a que ya es capaz de reconocernos, hacia los 6 meses puede mostrar miedo o ansiedad delante de desconocidos. Empezará a ser normal que no quiera estar en brazos de personas con las que no está de manera habitual y llore al estar con desconocidos sin la presencia de sus padres.

De 6 a 12 meses:

A los 7 meses entiende su nombre y responde a él, esto quiere decir que si lo llamamos por su nombre se girará a mirarnos.
Con 8 meses el niño participa si jugamos con él al “tat” (el tat es como el juego de “aparecer y desparecer”), este juego le va a permitir poder elaborar la separación de la madre, empezará a comprender que aunque no la ve ella siempre está. Es también a esta edad cuando ya se reconoce en el espejo, comprende el tono de voz del adulto y la relación con la madre se intensifica y se diferencia de las que tiene con otras personas.
Hacia los 9 meses aprende a decir adiós con la mano, comienza a entender el significado de algunas palabras y reconoce algunos juegos. Empieza a conocer los protocolos de las relaciones, que uno habla y el otro debe escuchar en silencio, primeros aprendizajes, bases de la futura comunicación no verbal y de las habilidades de comunicación.
A los 10 meses comprende una prohibición, comprende el significado del NO y le gusta estar en contacto con otros niños, niñas y adultos.

De 12 a 18 meses:

En este periodo está presente otro agente de socialización importante para el niño, la escuela. El niño amplia sus relaciones sociales hacia sus iguales (otros niños), que será con quienes pase la mayor parte del día.
Le gusta comunicarse, juega individualmente, pero también se interesa por lo que hacen los compañeros en la escuela infantil o en otras situaciones.
A los 16 meses le gusta que le expliquen cuentos y le enseñamos imágenes.

De los 18 a los 24 meses:

Se comunica sobretodo con las personas que conoce, que son las que pueden entender su habla y su gesto, en este momento les gusta compartir verbalmente todo lo que hacen.
A los 21 meses pide la bebida y la comida e imita algunas acciones sencillas del adulto, así como frases o palabras escuchadas con anterioridad.
A los 24 meses se llama por su propio nombre y ayuda a poner las cosas en su sitio.

Signos de alarma:

A los 3 meses no sonríe.
A los 9 meses no presenta signos de relación social con la madre o con quien le cuida: consolarse cuando está cerca, reír cuando le acaricia o le dice cosas…
Alrededor del año rechaza cualquier contacto social o afectivo con los miembros de la familia.

Carolina Cardona
Logopeda Col. 3644

viernes, 23 de marzo de 2012

Alimentacion de 0 a 3 años


En nuestra cultura, gran parte de la vida familiar, se hace entorno la comida y la cocina. Las celebraciones o reuniones (ya sea con amigos o familiares) son alrededor de una mesa y con un buen ágape. Es por ello que los niños deben desarrollar para estos momentos tan importantes (no solo  nivel nutricional y físico, sino también cultural) buenas actitudes.

Los niños han de aprender a mamar, probar, masticar, tragar y manipular alimentos y también a descubrir diferentes olores, gustos y texturas. Como padres es normal que se nos planteen muchas dudas: ¿Como sabré si mi bebe tiene hambre? ¿Mi hijo esta preparado para comer sólidos? ¿A partir de que edad puedo dejarlo empezar a comer solo? Mi hijo no come ¿Qué puedo hacer?, ¿Y si come demasiado?, pero ¿Qué es demasiado?

Es por ello que desde el blog hemos pensado que puede ser muy interesante que podáis conocer algunas características de cómo va evolucionando la adquisición de todos estos hábitos alimenticios en los niños.
No todos los niños comen lo mismo ni en las mismas cantidades, por ello la siguiente descripción en cuanto las fases por la que los niños pasan respecto a la alimentación, ha de ser tomada con prudencia y considerando siempre que cada niño tiene sus propios ritmos.

0-6 MESES
Tipos de alimentos y cantidades:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, siempre que sea posible, el amamantamiento materno exclusivo durante los primeros 6 meses de vida del bebe. A partir de este momento, y manteniendo el amamantamiento materno, será necesario añadir gradualmente nuevos alimentos para de facilitar el máximo grado de desarrollo y de salud.

No siempre es posible el amamantamiento materno y en ocasiones se ha de acabar antes de lo que sería preferible para volver a nuestros puestos de trabajo. No hemos de sentirnos culpables de no poder amamantar a nuestros bebes. En estos casos es importante consultar con nuestro pediatra las fórmulas alternativas y las leches que se deberán usar.
Algo que como padres os puede inquietar mucho es saber cuando vuestro hijo tiene hambre. ¿Como descubrir si ese llanto es por sueño, malestar físico o hambre? Existen una serie de señales que os pueden ayudar:
  • Un aumento de la actividad o inquietud.
  • Movimientos rápidos de los parpados.
  • Muecas con los labios y la nariz como oliendo algo.
  • Intentos de posarse la mano en la boca y chupar.
  • Muecas y suspiros suaves.
  • Ruido de chupar y nerviosismo.
  • Llanto, como última señal del hambre.
Un indicativo de que el niño toma suficiente leche materna es la cantidad de pañales que usa. 6 o más en 24 horas es un indicador que el niño consume suficiente leche cuando se alimenta exclusivamente por lactancia materna. En el caso de lactancia alternativa es importante consultar con su pediatra las cantidades que son adecuadas que el bebé consuma.
Hitos a conseguir:
Inicio de los primeros intentos de masticar.

6-12 MESES
Tipos de alimentos y cantidades:
A partir de los 6 meses puede empezar a diversificarse la dieta, introduciendo de manera progresiva diferentes alimentos. Es importante consultar con el pediatra que alimento introducir, como y cuando ya que esto variará en función del desarrollo del niño y del interés que muestre por las nuevas texturas y sabores. La incorporación de nuevos alimentos se ha de hacer de manera progresiva, lenta y en pequeñas cantidades, respetando intervalos de 8 a 15 días para cada nuevo alimento y observando como los tolera el bebé, para así también poder detectar alergias alimentarias.
Ejemplos de alimentos que se pueden empezar a introducir: purés variados de verduras, cereales, legumbres, carne y a partir de los 9 meses pescado blanco.
Ya pueden hacer 3 comidas al día y dos refrigerios entre medio de estas comidas, teniendo unos horarios de comidas mas ajustadas a las familiares.
Hitos a conseguir:
A partir de los 6 meses, la mayoría de bebés pueden sentarse con ayuda y pueden “limpiar la cuchara con el labio superior” en lugar de simplemente chupar. A los 8 meses ya pueden empezar, con la lengua a masticar y tragar algunos trozos de comida más sólidos. De los 9 a los 12, el bebé ya puede coger con las manos alimentos y metérselos en la boca. En esta edad ya empiezan a comer casi lo mismo que el resto de familiares con algunas variaciones sobretodo en la forma de preparar los alimentos, que tendrán que ser mas blandos y casi siempre triturados.

DE LOS 12 A LO 18 MESES
Tipos de alimentos y cantidades:
Se introducen alimentos troceados y se desarrolla la masticación. Este proceso varia de un niño a otro según peso, altura y nivel de actividad pero a los dos años ya debe de poder ingerir alimentos troceados.
Para introducir los sólidos es recomendable empezar con alimentos que se puedan chafar con el tenedor y animar al niño para que sea el mismo quien los machaque. Reforzar y felicitar por cada pequeño logro.
Hitos a conseguir:
En esta etapa se da la integración definitiva de los sólido, se suele iniciar a partir de los 10 meses según el ritmo de desarrollo de la dentición.
Acaban esta etapa pudiendo comer de todo, introduciendo los productos de manera progresiva.

DE LOS 24 A LOS 36 MESES
Tipos de alimentos y cantidades:
Introducción del pescado azul. El niño ya puede consumir cualquier alimento.
Aumenta el consumo de alimentos.
Hitos a conseguir:
Se introducen las 4 comidas básicas (desayuno, comida, merienda y cena). Es la etapa en la que los niños adquieren hábitos y donde se pueden desarrollar y explicitar las preferencias para con unos alimentos en detrimento de otros. Es importante que se introduzcan y adquieran buenos hábitos alimenticios proporcionando una dieta rica y transmitiendo buenas actitudes para con la comida.

ALGUNAS PAUTAS PARA CONSEGUIR QUE LA COMIDA SEA UN MOMENTO FAMILIAR FELIZ PARA TODOS.
Es conveniente tener en cuenta que un ambiente relajado y cómodo durante las comidas facilita que los niños adquieran buenas actitudes para con la comida. Entender estos momento también como espacios de comunicación familiar, para relacionarnos los unos con los otros, para explicar el día y para pasar un tiempo de calidad juntos también ayuda a que las horas de las comidas sean vividas como momentos divertidos y en familia, en lugar de cómo momentos de conflicto y donde todos acabamos enfadados. Como padres es preferible tener una actitud receptiva y respetuosa si se dan conflictos relacionados con la comida ya que este tipo de actitud, que no se confronta con el niño, que no le obliga, ayuda a que estos episodios, normales y propios a partir de ciertas edades, sean transitorios. Junto con esta actitud respetuosa y flexible existen de otras pautas que podemos seguir para ayudar a que las comidas se conviertan en esos momentos felices en familia:
  • Coherencia en los horarios. Las comidas no pueden eternizarse, marcar en casa con un reloj la hora de empezar y la hora en la que debemos acabar.
  • Importancia de realizar las comidas en familia.
  • Tiempo suficiente y sin interrupciones.
  • Involucrar a los niños en la preparación de la comida.
VEGETARIANOS
Si sois padres vegetarianos o que consumís dietas especiales seguro que os habéis preguntado si podéis, desde pequeños con vuestros hijos, iniciarlos también en estas dietas.
La dieta vegetariana que excluye carne y pescado pero incluye huevos y lácteos, y la vegana que excluye carne, pescado, huevos y lácteos, bien planteadas y suplementadas cuando haga falta y de manera adecuada, pueden satisfacer las necesidades de los bebes, de los niños y de los adolescentes. Pero, sino se plantean con cuidado, sino se consulta antes con vuestro pediatra y no se tiene en cuenta las características especiales de vuestros hijos, pueden suponer un riesgo pequeño pero significativo de deficiencias nutricionales y energéticas, especialmente en el caso de las dietas mas restrictivas como las veganas. Así pues si decidís iniciar a vuestro hijo en una dieta vegetariana, cuando se tengan que introducir los alimentos ricos en proteínas como las carnes y el pescado, los niños deberán tomar tofu, purés, legumbres mezcladas con cereales, batidos de soja fermentada, yogurt, queso fresco…etc. Es decir, un aporte extra de proteínas vegetales.
Si eres madre vegetariana que da de mamar a tu hijo y no tomas productos lácteos los alimentos ricos en vitamina B12 de forma regular son necesarios.

Bibliografía:
Recomenacions per l’alimentació en la primera infància. PAAS. Pla integral per la promocio de la salut mitjançant l’activitat física i l’alimentació saludable. Generalitat de Catalunya. Departament de Salut.

’alimentació de lactants i dels nens petits: recomenacions estàndarts per a la Unió Europea. UE. CE. IRCCS. UNICEF. Generalitat de Catalunya.


Silvia Pastor 
Psicóloga
Col.17944

martes, 20 de marzo de 2012

¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia. Resumen del acto de presentación del informe.


El pasado día 6 de marzo tuvo lugar la presentación del informe ¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia que ha elaborado FAROS, el portal de promoción de la salud y el bienestar infantil del Hospital Sant Joan de Deu (HSJD) de Barcelona. En la presentación del mismo participaron, entre otros, Eduard Punset que con su fundación también ha colaborado en la elaboración del informe.

Asistimos al acto y hemos podido leer el informe íntegro que allí se presentó.

Consideramos que el documento es de gran actualidad y relevancia, así como de muy fácil lectura por lo que queremos difundirlo a través de este blog.
Hablamos de desarrollo físico de los niños, de desarrollo psicomotor, de desarrollo del lenguaje, de desarrollo cognitivo, pero apenas se habla del desarrollo emocional, de la educación de las emociones y del impacto que ello tiene sobre el resto de áreas de desarrollo.

Las emociones han de desarrollarse a lo largo de la vida, desde que los niños son pequeños (¡¡incluso antes de nacer!!) pasando por la adolescencia y la adultez. Es por ello que cualquier persona que comparta con nosotras la visión del niño como un todo, también tiene que sentir interés por esta área. Y como en todas las otras, es el trabajo con los padres (las primeras personas con las que se sociabiliza el niño) y en su hogar (el primero de los contextos en los que esta inmerso) desde donde se ha de empezar a promover en los niños inteligencia emocional.

El documento empieza con un prólogo de Eduard Punset en el que sentencia: “si me preguntaran sobre la revolución que nos viene encima y que nos va a desconcertar a todos, respondería, sin vacilar, la irrupción del aprendizaje social y emocional en nuestras vidas cotidianas”. Con esta frase pone de manifiesto la relevancia del tema en el presente y sobretodo en el futuro.

Siendo las emociones innatas, es triste observar como no se ha prestado casi atención a la educación de las emociones hasta finales del siglo XX. Sobretodo al ver el gran impacto que tienen las emociones en el desarrollo de los niños. Sin ir mas lejos el The consortium for research on emotional intelligence in organizations presento un estudio en el que se plasmaba que el éxito de las personas se debía en un 23% a las capacidades intelectuales y en un 77% a las aptitudes emocionales.

En el informe se habla del sustrato biológico de las emociones, clarifica y da definición a algunos conceptos que todos hemos usado de manera indistinta teniendo connotaciones muy diferentes (inteligencia emocional, educación emocional, aprendizaje social y emocional, regulación emocional, consciencia emocional…etc.).

Los capítulos 3 y 4 están dedicados a hablar de cómo se da la inteligencia emocional en la familia y en la escuela. Son dos capítulos muy prácticos con ideas para que padres y maestros ayuden a sus hijos y alumnos a desarrollar inteligencia emocional. Un capítulo muy visual donde se pone de manifiesto, como haciendo pequeñas actividades con los niños y cambiando sólo algunas actitudes de los padres y maestros, se puede tener un impacto real en la vida de los niños y en su mundo emocional.

La necesidad de tener experiencias validadas por evidencias científicas sobre el impacto de la educación emocional para promover inteligencia emocional hace que el documento dedique un capítulo a presentar estas experiencias.

Y finalmente se exponen dos experiencias concretas de cómo se ha conseguido implantar proyectos amplios en escuelas con resultados reales y cuantificables: experiencia de educación emocional en las aulas de New York y educación emocional en el Reino Unido (el programa SEAL).

Esperamos que el documento os parezca tan interesante como a nosotros y que podáis traspasar a vuestros hogares algunas de las ideas que en él se plasman.

Todo sea para que nuestros hijos sean cada día mas independientes y autónomos, no solo a nivel físico y de hábitos sino también a nivel emocional, siendo capaces de saber como se sienten ellos mismos y los demás, saber regular lo que sienten, y saber usar estrategias para poder sentirse más a gusto consigo mismos y con los demás. 

Os adjuntamos el link donde podéis descargar el informe:
http://www.faroshsjd.net/item.php?id=2232&lang=1 



Silvia Pastor 
Psicóloga 
Col.17944


viernes, 16 de marzo de 2012

Desarrollo motor de 0 a 24 meses



Desarrollo motriz de 0 a 24 meses

Entre el nacimiento y los seis años de vida del niño se producen importantes cambios en el ámbito físico y psicomotor cuyo objetivo es que el niño consiga el control de su cuerpo y obtenga el máximo de sus posibilidades de acción y expresión.
A lo largo de éste artículo exponemos los hitos más importantes en el desarrollo de 0 a 24 meses. Hay que tener en cuenta que cada niño es un mundo y que en ocasiones los meses pueden no ser exactos ya que la maduración de cada bebé tiene, dentro de unos límites, su propio ritmo. 

Nacimiento y primeras semanas de vida
En el nacimiento y durante las primeras semanas de vida se manifiestan una serie de movimientos característicos de los recién nacidos: los reflejos. Son movimientos involuntarios ante un estímulo. Algunos desaparecen durante los primeros meses de vida como consecuencia de la maduración del sistema nervioso del niño.
-          El reflejo de Moro, se conoce también como el reflejo del abrazo. Cuando hay un estímulo repentino (por ejemplo un fuerte ruido), el niño abre bruscamente brazos y piernas. Seguidamente vuelve a poner los brazos sobre su pecho, a la vez que echa hacia atrás la cabeza. Desaparece a los tres meses.
-          Reflejo de caminar. Con los pies descalzos sobre una superficie plana y sosteniéndole por debajo de los brazos hace movimientos parecidos a los pasos coordinados. Desaparece antes de las ocho semanas.
-          Reflejo de reptación. Situado boca abajo hace movimientos coordinados que recuerdan a un nadador. Desaparece a los seis meses. Volverá a arrastrarse hacia los 8 meses, pero ya lo hará voluntariamente.
Otros reflejos cumplen una función protectora y no desaparecen definitivamente, es el caso del bostezo, la tos, el estornudo y el parpadeo.

De 1 a 3 meses:
En un principio, al nacer, los bebés presentan una coordinación con movimientos bruscos y poco finos dirigidos hacia personas u objetos que entran en su campo visual, tienen interés en atraparlos. También gozan de mirarse las manos y jugar con ellas.
Durante el primer mes pueden empezar a sostener la cabeza durante unos segundos y empiezan a levantarla cuando están tumbados boca abajo para empezar a observar el mundo que les rodea.

Signos de alarma a los 3 meses:
-          No sostiene la cabeza
-          No sigue con la mirada objetos o personas
-          No hay la misma actividad en ambas manos


De 4 a 6 meses:
Hacia los 4 meses ya presentan una coordinación ojo-mano menos brusca y los movimientos son más precisos, aunque tienen que seguir perfeccionándose. Empiezan siendo capaces de coger un objeto si se lo damos y poco a poco lo pueden coger directamente del suelo aunque aún no son capaces de hacer la pinza digital: coger objetos  ayudándose del pulgar. Irán mejorando la calidad y dirección de la prensión, siendo capaces hacia el sexto mes, de pasar los objetos de mano a mano. Juegan mucho con las manos y se lo pone todo en la boca, ya que la información que le proporciona ésta es más rica en estímulos que la que recibe a través de las manos.
Es durante estos meses que nos los encontraremos frecuentemente incorporados apoyándose de sus muñecas boca abajo siendo capaces de sostener la cabeza. Es lo que se denomina “el mirón fascinado”.
Es entonces cuando los bebés pueden permanecer sentados con apoyo y ya sostienen la cabeza solitos. Esto abre la puerta a un nuevo mundo de posibilidades, no necesitar las manos para aguantarse permite que queden libres para explorar, para coger y soltar cosas. Otra característica de estos meses es que empiezan a darse la vuelta cuando están estirados boca abajo.
Hacia el sexto mes progresarán en la inspección de su propio cuerpo, empezando por conocer sus pies: serán capaces de cogérselos y ponérselos en la boca.

Signos de alarma a los 6 meses:
-          Tiene las manos cerradas
-          Dificultad para separar brazos y piernas del cuerpo
-          No se mantiene sentado con un apoyo
-          No es capaz de coger objetos
-          Sigue presente el reflejo de Moro

De 7  a 9 meses:
Han perfeccionado la habilidad de coger objetos con un movimiento más preciso: la pinza digital. Por lo que es frecuente verlos manipulando dos objetos a la vez, uno con cada mano, ahora ya pueden coger un nuevo juguete con la mano libre sin tener que soltar el que ya tenían. Se distraen golpeando dos objetos. Su interés por las personas y los juguetes va creciendo cada día más, intentando a menudo coger objetos que están fuera de su alcance, promoviendo así el desplazamiento libre.
Alrededor de los 8 meses los bebés comienzan a desplazarse sin llegar a andar, utilizando para ello distintas técnicas como: gatear, reptar, remar, etc. Los niños gatean de formas muy diferentes, todas ellas válidas. También hay bebés que no gatean. Desplazarse solos les permitirá adquirir mayor autonomía. A estas edades ya son capaces de sentarse sin ayuda y voltear sobre si mismos, sobretodo si es para poder ver algo que les llama la atención como un juguete o la presencia de sus papás.

Durante éste periodo serán capaces de ponerse de pie con ayuda, lo cual es muy importante para preparar la musculatura para el siguiente paso: la marcha. Nos sorprenderá encontrarlos de pie, apoyados en los muebles o bien esperándonos cogidos a la barrotes de la cuna. 

Signos de alarma a los 9 meses:
-          No se sostiene sentado
-          No tiene interés por tocar las cosas
-          No realiza la pinza
-          No hay desplazamiento autónomo de ningún tipo

De 10 a 12 meses:
Ésta es una etapa muy importante ya que durante estos meses  veremos como los niños pasan de desplazarse por el suelo a ir levantándose solos y poco a poco empezar a andar, primero con dos apoyos (por ejemplo sostenido por los brazos) y luego únicamente con uno, gracias a que van ganando más estabilidad y equilibrio. Hacia los 12 meses algunos ya son capaces de caminar sin ayuda aunque suelen titubear un poco. Se pueden agachar para coger un objeto del suelo.
Alrededor del año de vida, su coordinación ojo-mano se ha desarrollado lo suficiente como para empezar a hacer torres con diferentes objetos y jugar a meter unos dentro de otros Han aprendido a soltar los objetos voluntariamente,  hasta entonces  los tiraban. Son típicos de estas edades los juegos de apilar cubos o meter circunferencias dentro de una base.
.
Signos de alarma a los 12 meses:
-          No se mantiene de pie
-          No es capaz de coger objetos

De 13 a 18 meses
Hacia el final del primer año, son capaces de caminar solos sin ayuda y con más estabilidad, incluso siendo capaces de llevar un objeto entre sus manos. Al iniciarse la marcha aparece un nuevo reto: las escaleras. Los niños, sin ayuda de nadie, son capaces de subir escaleras reptando, con ayuda de un adulto, pueden hacerlo erguidos, al principio suben escalón por escalón, primero una pierna (siempre la misma) y enseguida la otra.

Es durante estos meses que se debe plantear poner barreras protectoras si se tienen escaleras en casa ya que la curiosidad de los niños los puede poner en peligro.

A los 18 meses, su agilidad manual ya les permite hacer una torre de tres cubos, pasar las páginas de un libro y utilizar una cuchara.


Signos de alarma a los 18 meses:
-          No camina solo (a los 15 meses)
-          No sube escaleras
-          No hace una torre de dos objetos

De 19 a 24 meses
Las escaleras han dejado de ser un reto, en esta etapa empezarán bajando las escaleras con ayuda y terminarán, alrededor de los 2 años,  subiendo y bajándolas solos.
Hacia los 24 meses aumenta la actividad física del niño: son capaces de correr, saltar y dar una patada a una pelota sin perder el equilibrio.
Ya puede hacer una torre de 6 cubos. Al final del segundo año, el movimiento y la coordinación de la mano son casi perfectos.

Signos de alarma a los 24 meses:
-          No corre

    Anna Caralt Fort
    LOGOPEDA
    Col. 3735

    Con la col·laboración de:
    Iván García Cibeira  
    FISIOTERAPEUTA
    Col. 5969        



BIBLIOGRAFIA:
-          Palau, E. Aspectos básicos del desarrollo infantil. Barcelona. Ed. CEAC, 2001
-          Roman, J.M., Sáncez, S. y Secadas, F. Desarrollo de habilidades en niños pequeños. Madrid. Ed. Pirámide, 1996
-          A. Iceta, M.E. Yoldi. Desarrollo psicomotor del niño y su valoración en atención primaria. ANALES Sis San Navarra 2002; 25 (Supl. 2): 35-43.
-          Ruiz, C. Y Serrano, M.C. La psicomotricidad de 0 a 6 años. Revista digital Investigación y Educación 2006. Número 23


miércoles, 14 de marzo de 2012

Preincripción escolar. Llega el tiempo de elegir centro



 PREINSCRIPCION ESCOLAR. LLEGA EL TIEMPO DE ELEGIR CENTRO PARA LOS PEQUEÑOS DE LA CASA.

Como cada año por estas fechas se inicia el periodo de preinscripciones para las guarderías y los colegios, y con ello se inicia también el tiempo de puertas abiertas para visitar los centros, poder tener contacto con los profesionales que los gestionan. Estas visitas nos permiten, no solo tener una aproximación real a como será el ambiente y el contexto en el que estarán los niños, sino también poder resolver dudas y conocer de primera mano como funcionan los centros.
Es por ello que desde este blog queremos daros a los padres algunas ideas de aquellas cosas que han de tener en consideración al realizar estas visitas, algunos apuntes a tener en cuenta a la hora de escoger centro escolar.
Ø  Instalaciones y espacio físico: La accesibilidad al centro no solo nos puede hacer la cotidianidad mas fácil sino que también nos ofrece la seguridad de que ante cualquier problema la movilidad de los niños por el centro no quedara mermada. Poder acceder con los carritos a través de rampas o en centros más grandes, la disponibilidad de un ascensor,  asegura que los pequeños puedan llegar a cualquier parte del centro aunque tengan movilidad reducida permanente o temporalmente.
Es importante que prestemos especial atención a como se distribuye el espacio en el centro, es decir, ¿dispone de una área al aire libre?, ¿están diferenciados los espacios de juego libre de aquellos de actividades dirigidas? En ocasiones no es tanto una cuestión de mucho espacio sino de cómo éste esta distribuido y si esa distribución ayuda a los pequeños a organizarse.

Ø  Ratio profesora-niño: ¿Cuantos niños hay en la clase?, ¿una profesora ya es suficiente?, ¿cuántas líneas tiene cada curso?, ¿Cuántas clases de preescolar tienen? Cuantas mas líneas tenga cada curso mas compañeros tendrá con los que socializarse, mas actividades conjuntas se realizaran pero por el contrario, también se pierde cierto ambiente familiar propio de las escuelas mas pequeñas, con una atención mas cercana y próxima. Es importante tener ambas opciones en consideración y actuar en consecuencia a como nos sintamos mas cómodos.

Ø  La adaptación: Saber que tipo de adaptación hace el centro al inicio del curso también es una información interesante a tener en cuenta. La adaptación es sumamente importante para los pequeños que inician su vida escolar. Pasar de un ambiente familiar a un ambiente que desconocen puede generar muchos estrés. Este nuevo ambiente esta lleno de nuevas exigencias y retos, de nuevas personas y de nuevas relaciones que se han de crear. Poder hacer este paso poco a poco, unas pocas horas los primeros días, antes de que se desborde, antes de que las muchas y nuevas exigencias le sobrepasen, ayudara a que vaya adquiriendo buenas actitudes para el colegio, acostumbrándose a este nuevo ambiente y pudiendo, ir pocos días después, contento y feliz.

Ø  Horarios y flexibilidad: Como todos sabemos compaginar vida laboral y familiar no siempre es fácil. Conocer si el centro en el que estamos pensado para escolarizar a los pequeños cuenta con la denominada “aula de acogida”, antes de iniciar el horario normal de clases, o si al finalizar el día lectivo se realizan actividades extraescolares, seria pues otro elemento a tener en cuenta y que puede facilitarnos poder compaginar ambos aspectos de nuestras vidas.

Ø  Alimentación. Comedor escolar: Pocas preocupaciones hay mas universales en las madres que el tema de la alimentación de sus hijos. Saber si el centro tiene cocina propia, si utilizan catering o si bien, como en algunas guarderías, hay que llevar la comida de casa, así como poder conocer los menús con antelación y si esto son flexibles a las circunstancias particulares de algunos niños, nos dará la confianza y seguridad de saber que esta es otra área que desde el colegio queda cubierta.

Ø  Equipo educativo: Conocer a toda la plantilla del centro puede parecer trivial e innecesario, pero conocer a todos los profesionales con los que tendrá contacto vuestro hijo de manera directa os dará la confianza de poder poner una cara a quien estará al cargo de su seguridad durante todas esas horas.  No esta demás, en la visita al centro poder conocer, no solo a quien nos realiza el recorrido, sino también a algún otro profesional del equipo.

Ø  Atención a la diversidad: Por desgracia hay pequeños que necesitan de atenciones especiales para poder seguir la educación pese a las dificultades del niño. Puede que vuestros hijos no las necesiten pero es importante conocer si el centro dispone de un equipo psicopedagógico, que especialistas lo forman y como se actuaria en el eventual caso de que nuestro pequeño necesitara de este.

Ø  Coordinación con otros profesionales: Que cuatro ojos ven más que dos es sabido por todos. En ocasiones nuestro día a día nos hace estar tan pendientes de lo urgente que dejamos aparcado lo importante. Es por ello que poder saber si los centros escolares cuentan con supervisores externos para hacer detección (especialistas que acuden a los centro para realizar observaciones puntuales y poder detectar de forma precoz problemas) puede ser otro elemento a valorar.
Ø  Currículums escolares: “lo que se hace en la guardería y en preescolar es jugar”. Esta es una frase común y que podemos oír en la calle con frecuencia. Y si, la etapa en la guardería y en preescolar es un tiempo para que los niños jueguen, se diviertan, pero también para que aprendan a relacionarse con otros, aprendan a relacionarse con el ambiente y consigo mismos. Un tiempo en el que se ponen los cimientos de muchos otros aprendizajes superiores. Poder conocer si el centro posee un currículum claro de objetivos puede ser por ello, muy interesante.


Pero es sin duda COMO OS SINTAIS VOSOTROS CON EL CENTRO el criterio o uno de los criterios más importantes. Los mejores equipamientos, las mejores instalaciones no tiene sentido si no sentimos que nuestro hijo esta bien cuidado, si los profesionales del centro no nos transmiten esa confianza y seguridad de que el niño estará bien atendido. Un ratio pequeño de niño por profesora (pocos niños al cuidado de una sola profesional) no será positivo si no percibo que esa profesional estará atenta a las necesidades de mi pequeño. Un equipo plagado de especialistas no me dará la confianza de que se atienden las necesidades de mi hijo, sino los conozco y nunca tengo información de ellos.
Todas estas reflexiones o ideas que podemos tener, ponen de manifiesto que en el fondo, son las personas las que hacen buenos o malos los centros y sentirnos acogidos y con confianza es básico a la hora de poder crear una buena relación con la escuela.


Silvia Pastor
Psicóloga
Col.17944

jueves, 8 de marzo de 2012

Desarrollo del lenguaje de 0 a 24 meses


DESARROLLO DEL LENGUAJE:

La evolución del lenguaje de los niños es un proceso muy importante, que muchos padres esperan ya que les es más fácil compartir con ellos experiencias, sentimientos y juegos. Con este documento pretendemos que podáis tener un calendario para que los papas podáis haceros una idea de cómo se inicia y como se va desarrollando, siempre hablamos de los momentos en que esta conducta puede empezar a hacer presencia, pero recordar que cada niño sigue su propia evolución y su propio ritmo de aprendizaje.
Creemos y esperamos que con este calendario los padres podéis ajustar vuestras expectativas en cuanto al lenguaje del niño y disfrutar más de cada etapa.
Al final de este documento encontrareis en que momento, los profesionales que nos dedicamos al desarrollo del lenguaje (logopedas), consideramos que es importante que lo comuniquéis a vuestro pediatra.

De 0 a 3 meses:

1 mes: 
Emite sonidos guturales. Seguro que muchos padres habéis pensado que vuestros bebes emiten muchos ruiditos ya que no se asemejan al lenguaje. Este es un paso previo ya que dan uso a su sistema fonador.

2 mes: 
Empiezan las primeras vocalizaciones veremos que los ruiditos no salen de su interior, sino que son emitidos con su boquita.
Los padres empiezan a diferenciar tipos de llanto, según la causa que los provoca. Esto facilita mucho más el descanso de los padres ya que pueden identificar las demandas del bebé y reduciremos el tiempo de búsqueda de aquello que le molesta a nuestro pequeño.

3 meses: comienza el balbuceo, hace vocalizaciones prolongadas. Podremos ver a nuestro pequeño emitir pequeños discursos, sin estar dirigidos a nadie en concreto. Seguro que muchos habéis descubierto a vuestros bebés realizando algún discurso en su cuna. 

De 3 a 6 meses:

En esta etapa nuestro bebé diferencia entre sonidos producidos por su entorno, gracias a este hecho no se despierta al escuchar ruidos habituales en nuestro hogar.

4 meses: comienza a responder al adulto con su propio balbuceo. Cuando hablamos al bebé. Cuantas veces le hemos dicho a nuestro hijo en el cambiador lo guapo que es o cuanto le queremos y nos hemos sorprendido con esta respuesta que nos ha hecho sentir que nos ha entendido.

5 meses: podemos verlos chillar de alegría, reír y balbucea mientras explora sus juguetes.

De 6 a 12 meses:

Alrededor de los 6 o 7 meses ya pronuncia sonidos y silabas que puede repetir (ma, mama, pa, papa). Un dato curioso es que los niños empiezan a decir papá antes que mamá por la facilidad que les supone pronunciar el fonema /p/ antes que /m/. Los niños todavía no han adquirido el significado, ni la magnitud de estas primeras palabras, pero somos los padres los que al creer que sí le ayudamos a construirlo.
En esta etapa los niños ya comprenden ciertas entonaciones de la voz de los adultos y pueden saber si estamos contentos, tristes o enfadados.
Es a partir de los 7 meses entiende y responde a su nombre. 

A los 9 meses reacciona a algunas palabras familiares y a los 10 repite un sonido que ha escuchado en ese mismo momento. Son aquellos momentos en que nos gusta hablar a nuestros hijos cara a cara y ellos nos observan con mucha atención los movimientos de la boca para acto seguido intentar reproducirlos. 

A partir de los 12 meses puede decir dos o tres palabras con significado y señala lo que quiere, da un juguete si se lo pedimos y comprende el lenguaje adulto.

Si nos preguntamos ¿Qué palabras dirá primero? En el Ranquing, según la revista ser padres, encontramos:
  • Papá y mamá: en cualquier idioma, las primeras palabras del niño identifican a las personas más importantes para él.
  • Agua: utilizan esta palabra para cualquier líquido o para indicarnos que tienen sed.
  • “Guauguau”: para referirse a los perros y otros animales a su parecer muy similares, como pueden ser los gatos. Les llaman mucho la atención porque son personas, pero se mueven y hacen cosas ellos solos.
  • Más: para pedir más agua o más pure.
  • No está: empiezan a utilizar esta frase cuando descubren que las personas y los objetos desaparecen y vuelven a aparecer.
  • Ya: usan esta expresión cada vez que logran hacer algo.

De 12 a 18 meses:

Entre los 15 y los 24 meses hay sonidos del lenguaje mal diferenciados, pero que emiten una melodía del lenguaje, lo que en muchos casos nos permite descifrar que nos quieren decir. Es habitual que en esta etapa los padres hagan de traductores  al resto de conocidos que no están habitualmente con el niño.

A partir de los 15 meses pueden decir 5 palabras, incluidos nombres de personas y es capaz de  vocalizar cuando quiere una cosa. Cuantas veces los padres hemos apelado al “no te entiendo” para no dar alguna cosa a nuestro hijo que consideramos que no es conveniente, por ejemplo el móvil, la cámara de fotos o más galletas.

A los 18 meses puede decir mas de 8 o 10 palabras o nombres de personas y combina algunas de manera espontanea, los padres nos sorprendemos al ver como asocian a los dos abuelos sin mezclar familias o a los tíos con sus parejas sin prestarse a confusión. También comienzan a unir dos o tres palabras, repite algunas palabras escuchadas con anterioridad y pide cosas.
Puede obedecer órdenes sencillas y ya ha empezado la comprensión de vocabulario al que ya puede darle significado.
Domina los sonidos b, d, m, p, t, g y k.

De 18 a 24 meses:

Mejora la comprensión, empieza a darle significado a las cosas en general no a modo personal. Por ejemplo, saben que es una cama y pueden identificar cualquier cama aunque no sea la suya, hasta este momento es probable que lo asociara a la imagen que tenia como referencia y el resto fueran “otras cosas”.
Desaparece el parloteo para iniciar la fase del lenguaje telegráfico. Su habla es más clara y también más compleja, es por eso que podemos observar que en algunos momentos tartamudea antes de iniciar la frase. Esto es normal que aparezca durante unos meses, a medida que su lenguaje se va haciendo más complejo. No debemos angustiarnos y no darle demasiada importancia ya que este fenómeno es conocido como disfemia evolutiva. Aparece a medida que las intervenciones del niño son más complejas y suelen desaparecer solas. Si observamos que esta dificultad hace que nuestro hijo pierda el placer por comunicarse con los demás o  que se pone nervioso en el momento de hablar podemos consultar con un logopeda especialista en atención precoz.

Alrededor de los 21 meses asocia dos palabras que tienen relación.

Alrededor de los 24 meses el niño posee un vocabulario de unas 190 palabras aproximadamente. Puede formular frases de dos palabras, pedir verbalmente la comida y la bebida, realiza preguntas, se llama por su propio nombre, puede verbalizar lo que esta haciendo, identifica imágenes y comprende el nombre de algunos animales, partes del cuerpo y vestidos; comienza a utilizar ciertos pronombres personales (yo, tu, el, ella).

Signos de alarma:

Entre los 12-24 meses no presenta parloteo espontaneo, ni una aparente comprensión de palabras y órdenes sencillas.
No ha empezado a pronunciar sus primeras palabras a los 24 meses.

BIBLIOGRAFIA:

Manual de logopedia, Jordi Peña-Casanova. 3ª edición. Editorial Masson

Alteraciones del habla en la infancia. Aspectos clínicos, González. Editorial médica Panamericana.



Carolina Cardona
Logopeda Col. 3644

domingo, 4 de marzo de 2012

Desarrollo cognitivo de 0 a 2 años


DESARROLLO COGNITIVO DE 0 A 24 MESES

En los primeros años de vida del niño, adquieren gran importancia los aspectos relativos a su desarrollo psicológico.
El desarrollo en esta primera etapa va íntimamente unido al proceso de maduración del sistema nervioso, ya iniciado en la vida intrauterina y a la organización emocional y mental del niño.
Cuando se habla de desarrollo psicológico hacemos referencia al desarrollo cognitivo, afectivo y social del niño.
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, pero en general, esperamos que todos los niños a una determinada edad lleguen a adquirir unos mismos aprendizajes, hábitos, conductas,… por lo que será de gran importancia saber y reconocer las habilidades adquiridas por las que nuestro hijo pasa en esta primera etapa.
La rápida o lenta evolución irá en función del grado de maduración del niño, y de la estimulación que reciba. Será importante saber detectar precozmente cuando nuestro hijo no sigue una evolución óptima, en función de su edad.
A continuación destacamos las adquisiciones clave en cada una de las etapas por las que el niño pasa de 0 a 24 meses, momento en que experimentará grandes cambios en su desarrollo cognitivo.

De 0 a 3 meses:
Momento en que los reflejos, movimientos involuntarios que el bebé no controla, deben perderse para dar paso a los movimientos voluntarios. El niño deja de succionar (reflejo de succión) o deja de tener los puños cerrados (reflejo de prensión).
Nos encontraríamos en la etapa sensoriomotora. Nuestro hijo conoce el mundo a través de sus sentidos (primeros en desarrollar) y de la motricidad.  
-    Aparición de las primeras sonrisas indiscriminadas y espontáneas hacia los padres.
-    Reconocimiento de la voz materna y paterna. Todavía prefiere la voz humana al sonido de objetos, su curiosidad irá aumentando a medida que va creciendo. Su hijo reconocerá su voz.
-    Las manos permanecerán entreabiertas o cerradas sin fuerza y no realizarán ningún intento prensor al acercarle el objeto.
-    Se interesa en las caras. Comienza a seguir las cosas con los ojos y reconoce a las personas a la distancia.
-    Es capaz de mantener la mirada con el adulto.

Signos de alerta:
· Cuando nuestro hijo no nos sonríe.
· No fija ni mantiene la mirada con nosotros.

De 4 a 6 meses:
Son presentes los primeros intentos de comunicación del bebe, a partir del lloro, la sonrisa, expresiones faciales, la mirada, gracias a las cuales puede expresar sus necesidades y emociones.
-    El niño pasa de estar gran parte del día dormido a interesarse por lo que sucede a su alrededor.
-    El niño adquiere la prensión, adquisición fundamental para él. Primeros intentos globales en que el niño utiliza las dos manos, a veces los pies, para alcanzar el objeto.
-    Pasividad ante un objeto que desaparece, no muestra ningún tipo de reacción.
-    Momento en que el niño empieza a experimentar con sus partes del cuerpo buscando estímulos placenteros, como llevarse el dedo a la boca.
-    Sonrisa intencionada ante los estímulos que le gustan.

Signos de alerta:
· No ha adquirido la prensión, es decir, no es capaz de coger objetos
· No utiliza alguna de las dos manos.
· Muestra una pasividad excesiva, es decir, no siente interés por los objetos que tiene a su alcance.

è  De 7 a 9 meses:
Gracias a un mayor control postural y movilidad, el niño amplia nuevas perspectivas de exploración del ambiente. El niño no se centra en su propio cuerpo, sino que experimenta con su entorno (empiezan los primeros desplazamientos).
-    Momento en que el niño repite acciones ya aprendidas.
-    Imitación de conductas que ya están en su repertorio (producir sonidos, sacar la lengua,…) El bebé imita las acciones de los adultos de su alrededor.
-    Aparecen conductas semi-intencionales, las acciones empiezan a estar guiadas por una intención (patalear, manotazos), con el objetivo de conseguir algo.
-    Primera adquisición de la permanencia del objeto. El niño ya no se sorprenderá ante objetos que desaparecen de su visión, o si juegas a taparte la cara, ya sabe que sigues ahí.

Signos de alerta:
· No se relaciona con el ambiente.
· No se interesa por tocar las cosas de su alrededor.

De 10 a 12 meses:
En esta etapa el niño desarrolla su inteligencia a partir de la manipulación y exploración activa de los objetos y de su propio cuerpo. Explora y descubre el cuerpo humano (barriga, manos, pies, ojos,…), sonríe cuando ve su imagen en el espejo y se reconoce.
-    El poder desplazarse le permite al niño poder ir a la búsqueda del juguete que está fuera de su alcance. Aparecen las conducta intencionales, se propone fines (alcanzar un objeto).
-    El bebé es capaz de regular el comportamiento según las expresiones emocionales de otras personas.
-    Expresa vergüenza y timidez.
-    Capacidad de recordar donde quedaron los objetos escondidos.
-    Es característico de esta etapa que el niño tenga miedo a los desconocidos.
-    Imitará gestos sencillos (como por ejemplo el juego cinco lobitos, o palmas palmitas,...)
-    Iniciará hábitos de autonomía, como colaborar en desnudarse o beber en un vaso.
-    Comprende el significado de bastantes palabras y señala objetos familiares.
-    El niño aprende la función que tiene cada objeto, le dará a cada objeto el uso que tiene. Por ejemplo si tu hijo ve un peine se lo llevará a la cabeza.

Signos de alarma:
· Conductas repetitivas durante gran parte del jueg.
· Si se divierte realizando un mismo juego, o un mismo movimiento.
· Si no explora los juguetes.
· Si no se comunica con el adulto.



De 12 a 24 meses:
Momento de grandes adquisiciones y cambios evolutivos. Esta edad está orientada a establecer relaciones con el exterior, el niño aprenderá a adaptarse a situaciones nuevas.
Los niños incorporan conductas, palabras y acciones a partir de sus interacciones con las personas que los cuidan.
Descubrimiento de medios nuevos por su propia curiosidad, hace cosas para ver qué sucede (les interesa ver qué pasa cuando tiran algún objeto al suelo).
En esta nueva etapa verás como tu hijo empieza a jugar diferente. Golpear los objetos o simplemente tirarlos ya no es divertido (periodo sensoriomotor,) ahora ha descubierto que el coche de policía puede hacer carreras e incluso rescatar a gente y meter en la cárcel a los ladrones, o juega a imitar situaciones reales como jugar a papas y a mamas; el niño ha entrado en el periodo simbólico, en donde utiliza un juego más elaborado.
-    Comienza a reconocer la expresión de sus sentimientos y emociones en entornos familiares.
-    Es cuando empiezan a surgir los primeros recuerdos.
-    En el proceso mental de socialización, se reconoce a sí mismo y a otras personas.
-    En la adquisición de conductas, reconoce y aprende normas, costumbres y valores.
-    En el proceso afectivo, se consolidan los vínculos con su entorno. El niño valora en las relaciones con los demás la cantidad, calidad, proximidad, exclusividad, accesibilidad, incondicionalidad y permanencia (especialmente con la madre) de sus interacciones.
-    Esta es la etapa en que la curiosidad del niño guía su motivación para aprender. Comienzan a explorar el entorno por iniciativa propia, escogiendo las actividades y objetos que más le gustan (sobretodo la novedad y las actividades cotidianas que hacen las personas adultas) relacionando objetos con el uso que tienen.
-    El niño comienza a interiorizar ciertas prohibiciones, lo que le dará una mayor seguridad y confianza, así como le ayudará a estructurar sus pautas de comportamiento.
-    Se inicia en la conquista de su autonomía (se mantendrá de pie, dará sus primeros pasos,...), cada vez con mayor seguridad. Es aconsejable preparar el espacio para sus avances evitando los peligros.
-    El niño va a mostrar mucha avidez e inquietud por conocerlo todo. Su curiosidad le llevará también a explorar diferentes partes de su cuerpo.
-    Alrededor de los 2 años, surge el "no" como organizador de la conducta. Es la etapa de la negación frente a todo.


Signos de alerta:
· Incapacidad para hacer juego simbólico.
· Pasa constantemente de una actividad a otra.
· No muestra interés o curiosidad ante la novedad.

BIBLIOGRAFIA:
Guías del Departamento de Benestar Social y Familia.
Programa: Crèixer amb tú: els infants de 0 a 18 mesos. Vila, Ignasi. 2007. 2ª ed. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Departament d'Acció Social i Ciutadania, Secretaria de Polítiques Familiars i Drets de Ciutadania, DL 2007.

Taula llevant:
Fàbregues-Aladren, M. et al. (1988). Tabla de desarrollo psicomotor. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Departamento de Sanidad y Seguridad Social.

Asociación catalana de Atención precoz (ACAP):
http://www.acapcat.com


Lucía Galván
Psicóloga
Col. 18562