viernes, 15 de marzo de 2013

TRASTORNOS ALIMENTARIOS EN NIÑOS




LOS TRASTORNOS ALIMENTARIOS EN NIÑOS

En la siguiente publicación tratamos los Trastornos Alimentarios en niños, debido a que cada vez es más común su aparición en edades más tempranas.
A muchos niños, y especialmente a adolescentes, les preocupa su aspecto físico y algunos se sienten acomplejados con su cuerpo. Esta preocupación puede estar desencadenada por los cambios corporales que se experimenta en la pubertad, y que han de hacer frente a las presiones de la sociedad.
El problema aparece cuando esta preocupación puede convertirse en una obsesión y a su vez derivar a un desorden alimenticio (como la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa). Estos trastornos provocan cambios importantes en el peso, interfieren en la vida diaria, y repercuten negativamente en la salud del niño.
Actualmente, en la población infantil, la mayoría de los pacientes con desórdenes alimenticios empiezan a manifestar el trastorno entre los 11 y los 13 años.

CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS

Las personas con anorexia tienen miedo extremo a aumentar de peso y una visión distorsionada del volumen y la forma de su cuerpo. En consecuencia, se esfuerzan por mantener un peso muy bajo. Algunas reducen la ingesta de alimentos mediante dietas, ayuno y/o ejercicio físico excesivo. Intentan comer lo menos posible e ingerir la mínima cantidad de calorías posible.
La bulimia se caracteriza por atracones habituales seguidos de maniobras de eliminación de alimentos. Algunas personas que padecen bulimia pueden experimentar fluctuaciones importantes en el peso, pero raramente pesan tan poco como las que padecen anorexia. Ambos trastornos pueden asociarse al ejercicio físico compulsivo o a otras medidas para eliminar la comida ingerida, como el vómito provocado (o autoinducido) y el uso de laxantes.

Los niños en riesgo de padecer un trastorno alimenticio comparten rasgos de personalidad similares: mucha ansiedad, perfeccionismo y tendencias obsesivo-compulsivas. También a menudo son objeto de presiones externas, como el acoso escolar, el abuso o el divorcio de los padres. Restringir la ingesta de alimentos es una forma en la que un niño pretende sentir que tiene el control de su vida.
Un repentino cambio en el tamaño de las porciones ingeridas, evitar los alimentos con los que antes disfrutaba (aquellos altos en calorías) y la pérdida repentina de peso son señales de advertencia de que un niño está desarrollando un trastorno alimenticio.

CAUSAS

Las causas de los desórdenes alimenticios no están del todo claras. De todos modos, se cree que en ellas participa una combinación de factores psicológicos, genéticos, sociales y familiares.
También existe una incidencia cada vez mayor de otros tipos de problemas entre los niños y adolescentes afectados por un desorden alimenticio, como trastorno de ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC). A veces, los problemas que se viven en casa pueden aumentar el riesgo de que un niño desarrolle comportamientos alimentarios problemáticos.
Muchos de estos niños presentan baja autoestima y el hecho de focalizar la atención en el peso puede ser un intento de tener sensación de control en un momento en que sienten que están perdiendo el control sobre sus vidas.

SÍNTOMAS

Los trastornos alimentarios pueden provocar deshidratación y otras complicaciones médicas, como los problemas cardíacos y la insuficiencia renal. En casos extremos, pueden conducir a malnutrición grave e incluso a la muerte.
Síntomas de la anorexia:
  • descenso de la tensión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria
  • pérdida de pelo y rotura de uñas
  • desaparición de la menstruación
  • crecimiento de lanugo, un vello fino que puede crecer sobre toda la piel del cuerpo
  • mareo e incapacidad para concentrarse
  • anemia
  • inflamación articular
  • fragilidad ósea
Síntomas de la bulimia:
  • dolor abdominal permanente
  • lesiones en el estómago y los riñones
  • caries dental (por la exposición de los dientes al ácido del jugo gástrico)
  • hinchazón de mejillas, debido a que las glándulas salivales se dilatan de forma permanente por el hecho de vomitar tan a menudo
  • desaparición de la menstruación
  • pérdida de potasio (esto puede contribuir al desarrollo de problemas cardíacos e incluso a la muerte)

TRATAMIENTO

Para un padre, puede ser complicado saber distinguir entre la preocupación por la propia imagen corporal normal en un niño y los signos de alarma de un desorden alimenticio. Pero serán fundamentales para poder intervenir y ayudar a su hijo a tratarlo lo más rápido posible.
El tratamiento de estos trastornos se centra en ayudar a los niños a abordar sus problemas relacionados con la conducta alimentaria y a establecer nuevos patrones de pensamiento sobre la comida y la forma de relacionarse con ella. Esto puede implicar la supervisión médica, el asesoramiento dietético y la terapia. Los distintos profesionales tratarán aspectos relacionados con la percepción que tiene el niño sobre el volumen y la forma de su cuerpo, la conducta de comer y los alimentos.
Los niños que presentan este tipo de trastornos suelen reaccionar a la defensiva y se suelen enfadar cuando se le habla sobre el tema por primera vez. A muchos les cuesta admitir, incluso ante sí mismos, que tienen un problema. Es importante que, aunque su hijo no admita su problema,  reciba la ayuda profesional necesaria. Es bueno que amigos y familiares, en los que el niño confía, colaboren en el proceso.
Educar y prevenir son el mejor método para evitar la aparición de la enfermedad y será el papel fundamental para las familias, escuela, y todos los profesionales implicados en la etapa escolar. El trabajo conjunto puede cumplir una función preventiva esencial.

PREVENCIÓN

A continuación ofrecemos actitudes y conductas óptimas que como padres pueden ayudar a la no aparición de este trastorno:
· Decir constantemente frases relacionadas con el físico como “estoy gordo” o “no practico suficiente ejercicio” no es una pauta adecuada que ayuda a una óptima creación de la autoimagen en los niños; o realizar dietas que hagan aumentar y disminuir el peso rápidamente, hacen que el niño interiorice que tener una imagen distorsionada de sí mismo es algo normal y aceptable.
· Es mejor centrarse en lo que es saludable en vez de en el peso.
· Asegúrate de que tu hijo sabe que lo quiere por quien es, no por su aspecto.
· Evitar discusiones sobre la comida y en el momento de las comidas.
· Adopta un papel activo en la creación de un estilo de vida saludable para su familia.
· Haz que tu hijo participe en la preparación de comidas saludables y nutritivas
· Hazle saber que está bien comer cuando se tiene apetito y rechazar la comida cuando no se tiene.
· Haz del ejercicio una actividad divertida, gratificante y habitual para toda la familia.

Si vosotros como padres desarrolláis una actitud sana ante los alimentos y el ejercicio físico, será el mejor ejemplo que vuestro hijo pueda recibir.

BIBLIOGRAFIA
M.C. Guirado; R.B. Arnal. Detección de conductas alimentarias de riesgo en niños de 11 a 14 años. Psicothema, ISSN 0214-9915, Vol. 15, Nº. 4, 2003 , págs. 556-562
http://kidshealth.org/parent/en_espanol/emociones/eating_disorders_esp.html#


Lucía Galván Trapote
Psicóloga. Num. Colegiado. 18562



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