sábado, 11 de mayo de 2013

La resiliencia


Desde hace unas décadas muchos autores han hablado de la resiliencia. Seguro que muchos podéis haceros una idea de lo que es. Con el artículo de esta semana propongo conocer algo más la resiliencia y dar algunas ideas sobre cómo ayudar a desarrollar la capacidad de resiliencia en los niños.

La primera definición que me dieron sobre resiliencia fue:

“Proceso dinámico que acompaña a una adaptación positiva dentro de un contexto de significativa adversidad.
Es la capacidad de reaccionar saludablemente delante de situaciones de adversidad o de riesgo. Lleva implícito la exposición a una amenaza significativa o adversidad severa, y la consecución de una adaptación positiva.”

Con el tiempo he tenido oportunidad de leer algo más sobre este tema y encontré una definición que me pareció mucho mejor:

Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformados por ellas.
Grotberg (1995)

Los primeros años de vida son muy importantes para formarnos como personas y integrarnos en la comunidad en la que vivimos. Esto implica las relaciones con los padres, con los hermanos (si los hay), con los vecinos, el colegio…
Esto que ahora como adultos nos parece tan sencillo, porque creemos que los problemas de la vida adulta son mucho más importantes, no lo es tanto. Es en estas primeras etapas donde la creación del vínculo materno, la influencia de las pérdidas y las separaciones son muy importantes, ya que son las primeras experiencias emocionales.
Unas buenas experiencias emocionales ayudan al adecuado desarrollo psíquico del niño. Esto ayuda a generar factores de protección en el propio niño que ayudaran en la evolución del niño potenciando un desarrollo harmónico y, si es necesario, actuará como protección contra situaciones de riesgo. Es importante favorecerlos para dar soporte a un desarrollo equilibrado y autónomo. En conclusión, la resiliencia es un factor de protección personal del niño.
Si los padres consiguen crear una adecuada vinculación, saber diferenciarse del niño cuando llega el momento de ofrecer más autonomía al pequeño y ayudarle a construirse como persona, ese niño será un niño resiliente. Podemos hacerlo intentando organizar su entorno y su mundo, para que a través de esta organización él pueda experimentar como funciona, probar donde está el límite, aprender de la frustración, diferenciar la fantasía de la realidad, etc.
La situación económica y social que atravesamos está generando altos niveles de estrés y ansiedad en los adultos que perjudican y estresan a los niños. Es por eso que es importante generar la capacidad de resiliencia en los niños.

Ante este contexto, la Academia Americana de Pediatría ha creado una guía dirigida a padres para que aprendan cómo desarrollar la resiliencia en sus hijos. El doctor Kenneth Ginsburg, pediatra especializado en medicina del adolescente, y uno de los colaboradores de la guía, ha identificado “las 7 C’s de la resiliencia”.
Los padres y otros cuidadores pueden utilizar estas directrices para ayudar a sus hijos a reconocer sus habilidades y recursos propios y ser más resilientes.

1. Competencia:
Describe el sentimiento de ser consciente que uno puede manejar una situación de manera eficaz. Se puede ayudar a aumentar la competencia de los niños…
  • Ayudándoles a centrarse en sus puntos fuertes.
  • Haciendo que relacionen los errores identificados con incidentes específicos.
  • Capacitando a los niños a tomar decisiones.
  • Teniendo cuidado de que el deseo de proteger a un hijo no envíe un mensaje erróneo que haga pensar al niño que no es suficientemente competente para manejar ciertas situaciones.
  • Reconociendo las competencias de los hermanos por separado y evitar comparaciones entre ellos.

2. Confianza:

La creencia de un niño en sus propias habilidades es fruto de su competencia. Se la he dar confianza…
  • Centrándose en lo mejor de cada niño para que él/ella también pueda tener consciencia.
  • Expresando claramente las mejores cualidades, como la sinceridad, la integridad, la persistencia y la bondad.
  • Reconociéndole y valorándole las cosas bien hechas.
  • Alabando con honestidad sus éxitos concretos y a la vez evitar “falsas” alabanzas.
  • Evitando empujar al niño a tomar acciones que difícilmente podrá manejar.

3. Conexión:

Desarrollar estrechos lazos y vínculos con la familia y la comunidad permite crear un sólido sentimiento de seguridad que ayuda a generar fuertes valores, y por otro lado, evita desarrollar sentimientos de individualidad y egoísmo. Para ayudar a un niño a establecer una conexión con su entorno, hay que ayudarlo…
  • Haciendo que se sienta seguro tan físicamente como emocionalmente.
  • Permitiéndole que exprese todas sus emociones para que el niño se sienta confortable en momentos difíciles.
  • Abordando los conflictos abiertamente dentro del núcleo familiar para solucionar los problemas.
  • Creando un área común en el que la familia pueda compartir tiempo (no necesariamente mirando la TV).
  • Fomentando una sana relación que refuerce mensajes positivos.

4. Carácter:

Los niños necesitan desarrollar un sólido conjunto de valores morales para determinar lo que está bien y lo que no y demostrar una actitud afectiva hacia los demás. Para fortalecer el carácter de un hijo, hay que empezar...
  • Demostrándole cómo el comportamiento de uno puede afectar a los demás.
  • Ayudándole a que se reconozca él/ella mismo/a como una persona afectiva.
  • Demostrándole la importancia de pertenecer a la comunidad.
  • Evitando prejuicios o estereotipos de carácter racistas o que inciten al odio.

5. Contribución:

Los niños necesitan darse cuenta de que el mundo es un lugar mejor para vivir sólo por el hecho de que ellos forman parte de este mundo. Entender la importancia de su contribución personal puede servir como una fuente de propósitos y motivaciones personales. Hay que enseñar a los hijos a contribuir...
  • Comunicándoles que muchas personas en el mundo no tienen lo que necesitan.
  • Destacando la importancia de dar un servicio a terceras personas y entender el buen modelo de la generosidad.
  • Creando oportunidades para cada niño para que pueda contribuir de una manera específica.

6. Confrontación:

Aprender a hacer frente al estrés y saber gestionarlo ayudará a los hijos a estar mejor preparados para superar los retos de la vida. Hay que enseñarles a adoptar actitudes positivas para hacer frente a obstáculos...
  • Guiando a los hijos a desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas y positivas.
  • Dándose cuenta que decirle a un niño que pare con las malas conductas no será eficaz.
  • Entendiendo que la mayoría de comportamientos de riesgo en niños son reflejo de intentos de aliviar el estrés de su vida diaria.
  • No condenando a un hijo por las conductas negativas, y por el contrario, haciendo incrementar su sentido de arrepentimiento.

7. Control:

Los niños que son conscientes de que pueden controlar las consecuencias de sus decisiones tienen más probabilidad de darse cuenta que tienen la capacidad de recuperarse más pronto. Se puede ayudar a un hijo a tener más control sobre sus actos...
  • Ayudándoles a entender que los acontecimientos de la vida no son puramente al azar y que la mayoría de cosas que tienen lugar en nuestras vidas son fruto de nuestros actos y decisiones.
  • Aprendiendo que la disciplina se transmite a través de la enseñanza, no del castigo o del control; actuando con disciplina se les ayuda a entender qué actos producen ciertas consecuencias.

El Dr. Ginsburg resume lo más importante a tener en cuenta respecto la resiliencia en niños en estos 2 puntos:
-    Los niños necesitan saber que hay un adulto en su vida que cree en ellos y que los ama incondicionalmente.

-    Los niños vivirán una vida satisfactoria según sus expectativas
No hay una respuesta sencilla que garantice la resiliencia para cada situación. Sin embargo, nos podemos desafiar a nosotros mismos como padres para ayudar a nuestros hijos a desarrollar la habilidad de analizar y afrontar sus propios retos y ser más resilientes, estar más capacitados, y en definitiva, ser más felices.


BIBLIOGRAFIA:

http://www.healthychildren.org/English/healthy-living/emotional-wellness/Pages/Building-Resilience-in-Children.aspx

-Cyrulnik, B.(2001) Los patitos feos.La resiliencia: Una infancia infeliz no determina la vida. Madrid.Gedisa,2002

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