viernes, 26 de julio de 2013

EL AHOGAMIENTO INFANTIL




Aprovechando esta época del año y las vacaciones con nuestros hijos es importante poder encontrar planes divertidos y refrescantes para hacer con los más pequeños.  
El ahogamiento es uno de los accidentes infantiles más graves ya que puede provocar la muertte o causar secuelas importantes en el niño. Los ahogamientos no son los accidentes domésticos más frecuentes, pero sí uno de los que tienen mayor índice de mortalidad infantil. La franja de edad de mayor peligro es cuando el niño tiene de uno a ocho años.
Existen varias medidas para minimizar los riesgos, pero la más importante es la vigilancia del niño pequeño por parte de un adulto y conocer técnicas de primeros auxilios para poder actuar con rapidez en caso necesario. 

El Dr. Jordi Pou, pediatra del Hospital Sant Joan de Déu, explica las principales medidas que debemos tomar para evitar los ahogamientos y recuerda que no hay que subestimar los riesgos ya que no es necesaria demasiada agua para que el niño se pueda ahogar.
-       Nunca dejes a tu hijo solo en el agua, especialmente en bañeras, en piscinas o en la playa.
-       Un niño puede ahogarse en tan sólo 3 minutos y con 10 cm de profundidad de agua.
-       Enseña a tu hijo a nadar cuanto antes.
-       Coloca barreras físicas para que tu hijo no se aproxime a zonas de riesgo como piscinas, pozos, acequias…
-       Evita que tu hijo se encierre en el cuarto de baño. Para ello, es recomendable colocar los pestillos a una altura que no alcance el niño.

La Cruz Roja, también ha publicado una campaña para la seguridad infantil en piscinas y alerta de que bastan diez centímetros de agua para que un niño pueda ahogarse e insiste en que nunca se le debe dejar solo aunque sepa nadar. La organización ofrece una serie de recomendaciones para evitar los accidentes de los más pequeños en el agua, que suelen ser los ahogamientos y los traumatismos, y destaca que la vigilancia constante del menor es lo más eficaz para evitar sobresaltos incluso cuando haya socorristas.
Si el menor no sabe nadar, no debe adentrarse en el agua sin un dispositivo flotante y debe evitar los flotadores redondos tradicionales, mientras que los manguitos, las burbujas de corcho y sobre todo los chalecos, son los más indicados. Además, deben respetar las horas de digestión.
Cruz Roja insiste en que sólo deben bañarse en zonas habilitadas y vigiladas, siguiendo las indicaciones del socorrista, y antes de tirarse de cabeza deben conocer la profundidad del agua.
Hace hincapié en que en la playa, los adultos sigan las indicaciones de las banderas y si son arrastrados por una corriente, tienen que nadar en paralelo a la costa hasta salir de ella.
En el caso de que no se sepa nadar, hay que tener especial cuidado con los objetos hinchables, porque son muy ligeros y pueden alejarse de la costa rápidamente.
Si el baño es en un río, embalse o en determinadas playas, el calzado debe ser el adecuado para evitar heridas y cortes en los pies.


BIBLIOGRAFIA:

www.hsjdbcn.org






Lucía Galván Trapote
Psicóloga. Num. Colegiado. 18562

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