En este documento exponemos la
importancia del desarrollo de la sexualidad en niños de 0 a 6 años. Se ha de
considerar la sexualidad como un proceso más dentro del desarrollo de nuestro
hijo, así como se consideran el desarrollo de la personalidad, el temperamento,
el desarrollo cognitivo, motor….
La familia juega un papel primordial
en el desarrollo de la sexualidad en los niños de esta edad. Los padres
constituyen un modelo de aprendizaje para los niños en cualquier ámbito de la
vida cotidiana, y como no también en el desarrollo sexual.
Estudiar el desarrollo de la
sexualidad en la etapa inicial de la vida del ser humano, impone un análisis
del desarrollo de la personalidad, por cuanto la sexualidad constituye una
configuración subjetiva de ésta.
Este desarrollo forma parte de un proceso
interactivo en el que los niños y las niñas comienzan a configurar la identidad
y el rol de género; la autoconciencia, autovaloración y la autopercepción que
tienen los niños de su pertenencia sexual les proporciona un sentimiento de
pertenencia y seguridad en función del significado que éste le atribuya. Todo
esto se produce en un proceso de interiorización de la cultura de la sexualidad
la cual es transmitida por los adultos, y estará mediada por su óptica personal
a partir de sus vivencias de cómo experimenta lo masculino y lo femenino.
Las manifestaciones de la sexualidad
infantil no son pensadas, sino que son naturales y espontáneas.
La sexualidad, en esta edad, no está
centrada en los órganos sexuales. No está al servicio de la procreación, si no
que exclusivamente busca el placer. Existen zonas erógenas que varían con los
años.
El desarrollo de la sexualidad
infantil está dividido en fases:
1).
FASE ORAL (De 0 a 1 año y medio)
Esta primera etapa empieza desde el
nacimiento y dura hasta el año y medio aproximadamente. La zona erógena la
constituyen los labios y la boca. Las manifestaciones típicas consisten en tres
actividades: la succión del pulgar, el chupeteo y el acto de morder.
Para el niño el contacto con el
mundo se produce principalmente a través de la boca, así además de conocer e
identificar los objetos, obtiene placer.
Esta etapa se caracteriza por el
desarrollo de un sentimiento de confianza por parte del niño. La necesidad
básica de alimento se convierte en una experiencia sensual y placentera, y para
el niño será muy importante tener la sensación de que sus necesidades quedan
cubiertas. Será importante el momento del destete, pues si este se lleva a cabo
de una manera brusca podría generar un sentimiento de desconfianza, el destete
no es un acto mecánico, el niño será especialmente sensible al efecto que la
madre le transmita en su transcurso.
2.)
FASE ANAL (De 1 año y medio a 3 años)
La sensibilidad irá dirigida a la
mucosa anal y al acto de la defecación (sin olvidar al placer bucal) que
aparecerá como nuevos focos de sensaciones placenteras, reforzado por el
aprendizaje del control de esfínteres. Conjuntamente al placer que obtiene el
niño a través de la defecación está el momento de la limpieza, el niño
establece una nueva forma de relación que puede ser vivida como algo
beneficioso (la limpieza) y satisfactorio (la alegría de la madre al ver a su
hijo ir al lavabo) o bien como una imposición difícil de aceptar. Se podrán
observar juegos con las heces o con sustitutos (arena, barro,…).
Es una etapa en la que se inicia un
proceso de autonomía y de autoafirmación.
En esta etapa va a empezar también a
manifestarse la necesidad de explorarse el cuerpo, lo que le hace contactar con
sus órganos genitales que manipulará para obtener placer.
3.
FASE FÁLICA O EDÍPICA (3 A 6 AÑOS)
En esta etapa se despierta el
interés sexual y la curiosidad lleva a la exploración del cuerpo y a descubrir
los órganos genitales como fuente de placer. En ella la zona erógena constituye
el pene (niños) y el clítoris (niñas, aunque en menor grado). La curiosidad se
centra en el propio origen y en las diferencias entre los sexos que intentan
aclarar a través del juego y de la exhibición de sus genitales.
También se produce una especial
sensibilidad ante las actitudes sexuales de los adultos, las cuales pueden
influir de manera determinante en su proceso evolutivo y en su posterior
vivencia de la sexualidad. Es decir, todos los actos o afirmaciones por arte de
los adultos en la dirección de reprimir las manifestaciones sexuales en esta
etapa van a tener gran importancia. Frases como “no llores como una niña”; “las
niñas buenas no se tocan”; “los chicos deben ser fuertes”…. Tendrán como
consecuencia el generar sentimientos discriminatorios o sentimientos de
angustia ante determinados comportamientos. O también el hecho de transmitir
que el sexo es algo que debe de estar escondido, dado que es sucio, malo.
Esta etapa acaba con la adquisición
de la identidad de género, es decir, la conciencia acerca de si mismo, en
relación a la propia individualidad como hombre o mujer.
La vida sexual del ser comienza el
mismo día de su
nacimiento y acaba el de su muerte
(Dallayrac, 1972)
BIBLIOGRAFIA:
http://pfamiliar.blogcindario.com/2005/11/00029-etapas-de-la-sexualidad.html
http://www.bvsde.paho.org/bvsacd/cd90/0301FONdes.pdf
Lucía
Galván Trapote
Psicóloga
Num.
Col. 18562
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