jueves, 23 de agosto de 2012

Disfemia y disfemia evolutiva


La disfemia, más conocida comúnmente como tartamudez, es un trastorno de la fluidez del habla que se caracteriza por una expresión verbal interrumpida en su ritmo de un modo más o menos brusco. La interrupción del discurso se acompaña de otros signos anormales que afectan funcionalmente a la coordinación fonorrespiratoria y al tono muscular junto con respuestas emocionales y negativas.
Existen dos formas diferenciadas de disfemia:
·       Disfemia tónica, se caracteriza por un habla entrecortada con espasmos que afectan a diversos grupos musculares relacionados con el habla y que provocan el bloqueo de esta. El disfémico trata de resolver el bloqueo con un gran esfuerzo que intensifica aun más el tono muscular y provoca un habla explosiva y violenta.
·       Disfemia clónica, producida por breves y rápidas contracciones bucales que dan lugar a una repetición de parte de la palabra.
Ambas formas de tartamudeo suelen darse a la vez en el mismo sujeto, con mayor predominio de una de ellas.
Debemos diferenciar la disfemia de la disfemia evolutiva, también conocida como no-fluencia normal o habla vacilante de la primera infancia (hasta los 5 años). Esta suele aparecer en las primeras etapas de lenguaje donde apreciamos que nuestro hijo ya es capaz de construir frases pero cuando quiere decirnos algo aparecen detenciones en su discurso y repeticiones de vocablos que dan aspecto de tartamudeo, pero está exenta de bloqueos y otros síntomas. Esta desaparecerá a medida que nuestro hijo va desarrollando su lenguaje. Es importante no generar ansiedad alrededor de este tartamudeo, ya que podría desencadenar una vivencia negativa en cuanto al momento de la comunicación por parte del niño. Para ayudarle, no debemos acabar las frases ni decirle que es tranquilice, cuando esté sucediendo debemos esperar pacientemente a que el niño acabe de hablar y procurar que no se preocupe por lo sucedido.
De todas maneras si vemos que las dificultades en la fluidez del lenguaje de nuestro hijo perduran pasadas unas semanas y estas no mejoran, seria conveniente consultarlo con el pediatra del niño que podrá orientar a los padres.
Pasada la primera infancia, la disfemia se caracteriza por la aparición de otros signos anormales, reacciones emocionales negativas y otras anomalías de la conducta verbal y motora:
·       Reacciones de ansiedad ante situaciones verbales.
·       Miedo a hablar.
·       Movimientos que acompañan al tartamudeo, afectando preferentemente a la musculatura orofacial y del cuello.
·       Alteración funcional fonorrespiratoria al tartamudear.
·       Economía de la expresión verbal.
·       Entonación monótona al hablar.
·       Abuso de sinónimos: sustitución de palabras que al disfémico le resultan difíciles y a las que teme.
·       Uso de “muletillas” que parecen ayudar al disfémico a enlazar frases con más fluidez.
Hay que tener en cuenta que no siempre se dan estos signos, ni con la misma intensidad ni con la misma frecuencia.
En cuanto al tratamiento de la disfemia lo mejor es que se elabore un programa individualizado para cada caso, donde inicialmente se valorará las expectativas a conseguir: una fluidez total o bien limitarse a reducir la gravedad de la sintomatología. Los resultados del tratamiento dependen en gran medida de la continuidad y tesón empleados para llegar a conseguir el objetivo propuesto.

Carolina Cardona Montano
Logopeda col.3644

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