La audición normal en el niño, es fundamental para el
desarrollo del habla y del lenguaje. La falta de audición es un impedimento importante
para el correcto desarrollo del lenguaje.
La hipoacusia es la pérdida parcial de la audición, que
puede ser de diferentes grados tal y como veremos a continuación. Cuanto más
temprana es la detección de los problemas auditivos de los niños, mayores son
las posibilidades de revertir sus consecuencias.
La mayoría de los problemas de
audición permanentes están presentes en el momento del nacimiento y podrían ser
hereditarios (transmitirse en la familia), o podrían ser provocados por
problemas médicos.
Las hipoacusias se pueden clasificar de varias maneras
según el momento de aparición, el tipo y del grado de pérdida:
Según el momento de aparación:
- Prelocutiva: la pérdida auditiva está presente antes
de que se haya desarrollado el lenguaje.
- Postlocutiva: la pérdida auditiva aparece cuando ya existe
lenguaje.
Según la localización de la lesión:
- De
conducción o de transmisión: presentan alteraciones en la transmisión del sonido a través del oído
externo y medio.
- De
percepción o neurosensorial: son debida a lesiones en el oído interno o en la vía nerviosa
auditiva.
- Mixta: la causa es conductiva y de percepción.
Según el grado de pérdida auditiva:
- Pérdidas
leves: el
umbral de audición está situado entre 20 y 40 dB.
- Pérdidas
medias: la pérdida
auditiva se encuentra entre 41 y 70 dB.
- Pérdidas
severas: la pérdida
auditiva se sitúa entre los 71 y 90 dB.
- Pérdidas
profundas: la pérdida
auditiva supe se sitúa entre 91-100 dB.
Dependiendo del momento de aparición, de la pérdida
auditiva, del tipo y el grado de la misma, variaran las consecuencias que tiene
la hipoacusia sobre el desarrollo comunicativo y lingüístico del niño y
condicionarán el tratamiento.
Se estima que de cada 1.000 recién nacidos 1 ó 2 son
sordos profundos y 2 ó 3 más son sordos moderados.
Detección temprana de hipoacusia
A partir de las 48 horas de vida
y en lo posibles antes del 3r mes de vida, todo niño debiera ser evaluado
auditivamente (tenga o no antecedentes de riesgo auditivo). Aunque actualmente
no es posible que estos exámenes sean gratuitos, muchas clínicas ofrecen el
servicio de manera privada.
Si bien hay varios métodos posibles, actualmente el
método de OTOEMISIONES ACUSTICAS es
el más utilizado en bebés y niños pequeños, debido a la simplicidad y alto
grado de confiabilidad. Este estudio no produce molestias ni ningún daño al
niño y no necesita de una preparación especial del bebé. Solo se requiere que
esté durmiendo o bien que este despierto y tranquilo y relajado (como después
de alimentarse).
Preferentemente debe ser hecha antes de cumplido los
tres meses desde el nacimiento aunque esta prueba puede realizarse en cualquier
momento.
Si la prueba sale positiva
indicaría que la audición es correcta, si saliera negativa, en principio, los
padres no deben preocuparse, se repetiría la prueba y se sabe que un alto
porcentaje de estas repeticiones salen normales. Si después de las dos pruebas
persisten dudas sobre la audición del bebé, éste será derivado al especialista
para que se le realice otros estudios que nos pueden decir con certeza cómo
está la audición.
El método por OTOEMISIONES
ACUSTICAS puede detectar el 98% de las hipoacusias en los bebés pero hay un 2 %
que no es detectado. Por eso, aunque el estudio haya salido positivo, pero por
algún motivo se sospecha un problema en la audición (o si no se ha realizado), se
deberá consultar con el pediatra para que éste oriente la derivación al
especialista otorrinolaringólogo.
Hay
actitudes de los bebés a las que los padres deben prestar atención para poder
detectar posibles problemas de audición. A continuación detallamos algunos
ítems para la detección hasta los 4 años:
De 0 a
3 meses
No se despierta con ruidos intensos.
No reacciona (con llanto o estremecimiento) ante ruidos sorpresivos y fuertes.
No se despierta con ruidos intensos.
No reacciona (con llanto o estremecimiento) ante ruidos sorpresivos y fuertes.
De 3 a
6 meses
No busca con la mirada la voz de su madre.
No emite gritos o sonidos para llamar la atención.
No busca con la mirada la voz de su madre.
No emite gritos o sonidos para llamar la atención.
De 6 a
9 meses
No responde cuando lo llaman por su nombre.
No gira ante los ruidos.
No responde cuando lo llaman por su nombre.
No gira ante los ruidos.
De 9 a
12 meses
No aprende a ejecutar órdenes sencillas (”adiós”, “beso”, “upa”).
No emite sonidos que se le enseñan reiteradamente.
No manifiesta reconocer palabras familiares y sencillas.
No aprende a ejecutar órdenes sencillas (”adiós”, “beso”, “upa”).
No emite sonidos que se le enseñan reiteradamente.
No manifiesta reconocer palabras familiares y sencillas.
De 12
a 18 meses
Se muestra interesado sólo por lo que ve.
No ejecuta órdenes sencillas.
No dice ninguna palabra.
Se muestra interesado sólo por lo que ve.
No ejecuta órdenes sencillas.
No dice ninguna palabra.
De 18
a 24 meses.
No adquiere lenguaje.
Grita y/o señala cuando quiere algo.
No responde cuando lo llaman, aún gritándole
No adquiere lenguaje.
Grita y/o señala cuando quiere algo.
No responde cuando lo llaman, aún gritándole
A los 3 años :
No se le entienden las palabras que dice.
No repite frases.
No contesta a preguntas sencillas.
No se le entienden las palabras que dice.
No repite frases.
No contesta a preguntas sencillas.
A los 4 años :
No sabe contar lo que pasa.
No es capaz de mantener una conversación sencilla.
Es un niño distraído que se retrasa en sus aprendizajes.
No sabe contar lo que pasa.
No es capaz de mantener una conversación sencilla.
Es un niño distraído que se retrasa en sus aprendizajes.
Los problemas de audición pueden
ser temporales o permanentes. Las infecciones del oído o los cambios en el
líquido o la presión en el oído medio provocados por otros factores pueden
provocar problemas de audición temporales que desaparecen con el tiempo o con
tratamiento. Aun así es importante tener vigilados a los niños que suelen tener
otitis de repetición ya que al estar largas temporadas presentando una audición
deficitaria pueden presentar algunos pequeños problemas en el habla que se
hacen muy evidentes hacia los 3 o 4 años de edad. Estos se resuelven sin gran
dificultad eliminando la mucosidad en los oídos e impidiendo que se vuelva a
formar, el pediatra decidirá en cada caso que es lo más conveniente ya que
algunos casos se solucionan con medicamentos y otros requieren una intervención
quirúrgica para poner drenajes en el tímpano. Es probable que los niños sigan
teniendo dificultades para articular correctamente algunos sonidos del habla
que ya deberían tener adquiridos por la edad, será entonces cuando se deberá
consultar a un logopeda para iniciar tratamiento y ayudar al niño a alcanzar el
nivel de habla adecuado para su edad.
A continuación os presentamos
unos enlaces que pueden ser interesantes:
- Se trata de un debate de TV2 que se centra en cómo
tratar y prevenir el déficit auditivo con Concha María Díaz, presidenta de la Confederación Estatal
de Personas Sordas, Emilio Amilíbia, médico otorrinolaringólogo y Francesc
Carreño, responsable del área de audiología de GAES: http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-28-02-11/1033633/
- Representación del
funcionamiento del oído muy bien ilustrada, se encuentra en la página web de
GAES donde también hay otro tipo de información interesante: http://www.gaes.es/conozca_su_oido/viaje_al_interior_del_oido
BIBLIOGRAFIA
Anna Caralt Fort
LOGOPEDA
Col. 3735
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