Durante una entrada anterior expusimos las primeras ideas
acerca de la hipoacusia infantil: descripción, tipos, detección precoz y signos
de alarma. En esta entrada queremos hablaros de cómo obtener el diagnóstico y
de que pasa una vez se conoce la discapacidad auditiva.
Las pruebas audiológicas para determinar una hipoacusia
se dividen en objetivas las cuales no
necesitan la colaboración del niño, y subjetivas
donde es necesario que el niño participe activamente.
- Otoscopia:
se basa en explorar el conducto auditivo externo y el tímpano para descartar la
presencia de cuerpos extraños y observar la apariencia del tímpano.
- Timpanometría:
mide la forma como reacciona el oído al sonido y a las diferentes
presiones y detecta problemas en el odio medio.
- Impedanciometria:
mide las respuestas del oído al sonido y a las diferentes presiones y
detectará, entre otras cosas, la presencia de mucosidad en el odio medio.
- Otoemisiones
acústicas (OEA): como explicamos en la entrada anterior, exploran el
correcto funcionamiento de la cóclea.
- Potenciales
evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC): no son una prueba auditiva,
pero con ellos puede identificarse y cuantificarse la pérdida auditiva en niños
y adultos que no pueden o no quieren participar en una prueba subjetiva.
Exploran la vía auditiva hasta el tronco cerebral y establecen el umbral auditivo.
- Potenciales
evocados auditivos de estado estable (PEAEE): muy parecidos a los PEATC
pero además de determinar el umbral auditivos lo hacen de manera específica por
frecuencias.
Pruebas
audiológicas subjetivas:
- Audiometría:
sirve para valorar con que intensidad se detecta el sonido en las diferentes
frecuencias. En niños muy pequeños se requiere adaptar la prueba para mejorar
su grado de colaboración.
El
audiograma
El audiograma es la representación gráfica de la
audiometría y en él se refleja la capacidad auditiva combinando la intensidad y
la frecuencia. La curva del audiograma demuestra los sonidos más flojos que una
persona puede escuchar. Los diferentes sonidos del lenguaje se encuentran
situados en diferentes tonos y volúmenes a lo largo del audiograma. En la
siguiente imagen extraída de la Guia
per a famílies d’infants amb sordesa o sordceguesa de la Generalitat de
Catalunya, vemos representados
el tono y el volumen para la mayoría de sonidos del habla y otros ruidos
habituales.
Soportes
técnicos
Una vez se obtiene el diagnóstico de hipoacusia hay que
valorar que soporte técnico puede ayudar más al niño. Las prótesis auditivas y
las ayudas técnicas facilitan a las personas sordas el acceso a los sonidos del
habla y del ambiente. Hay de diferentes tipos según la pérdida auditiva y la
localización de la lesión, los más usados actualmente son:
- Audífono: es
un dispositivo electro acústico que amplifica los sonidos del entorno y
potencia los sonidos del habla por encima del ruido ambiental. Los niños que
padecen una hipoacusia por debajo de los 90 dB obtienen buenos resultados en el
audífono. Actualmente los que son digitales facilitan mucho la discriminación
del lenguaje a los niños sordos. Existen diferentes modelos según la pérdida
auditiva de cada niño.
- Implante
coclear: es una prótesis auditiva que transforma las señales acústicas en
señales eléctricas. Representa una gran ayuda en la calidad y cantidad de audición
para niños con pérdidas auditiva profundas, más de 90 dB. A diferencia de los
audífono, el implante requiere de cirugía para la colocación de la parte
interna. Por motivos psicológicos, médicos, anatómicos y de edad no todos los
niños son susceptibles de ser implantados y no en todos los que llevan el
implante obtienen los mismos resultados. Un equipo multidisciplinar valorará en
cada caso la idoneidad de implantar o no.
En una próxima entrada hablaremos sobre las diferentes
modalidades de escolarización y de los soportes que pueden requerir los niños
con hipoacusia.
BIBLIOGRAFIA
- Guia per a famílies d’infants amb sordesa o sordceguesa de la Generalitat de Catalunya
Anna Caralt Fort
Logopeda
colegiada 3735
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