viernes, 4 de octubre de 2013

BRUXISMO

BRUXISMO

Esta semana queremos hablaros del Bruxismo o la actividad sin propósito que consiste en el apretar y rechinar los dientes ya sea cuando la persona esta despierto o dormida.

Aunque se disponen de pocos datos sobre la afectación en las edades infantiles y es difícil diferenciarlo del desgaste normal propio del crecimiento y del cambio de dentición, existen un número de niños que padecen este problema y con esta entrada pretendemos informaros sobre el mismo.

La Academia Americana de Dolor Oro facial (AAOP) da la siguiente definición de bruxismo “actividad para funcional diurna o nocturna que incluye, apretar, juntar, golpear o rechinar los dientes”.

¿Qué tipos de Bruxismos existen?
Existen varios tipos.

Según se conozca o no la causa:
El bruxismo primario, o idiopático, corresponde al apretamiento diurno y al bruxismo del sueño cuando no se reconocen problemas o causas médicas.
El bruxismo secundario, también denominado "iatrogénico", corresponde a formas de bruxismo asociados a problemas neurológicos, psiquiátricos, psicológicos, desórdenes del sueño y a administración de drogas.

También existe la diferenciación según momento de aparición:
Bruxismo de vigilia.
Bruxismo durante el sueño.
Mixto.

Y finalmente según actividad motora mandibular:
Tónico o céntrico. Con apretamiento mantenido. Con contracciones tónicas musculares.
Fásico o excéntrico. Con rechinado o frotamiento de los dientes por movimiento mandibular.
Mixto. Donde se produce apretamiento y rechinado.

¿Por qué aparece el Bruxismo?
Suele ser una actividad multifactorial, es decir, que se produce por un conjunto de factores como pueden ser:
Factores morfológicos. Alteraciones en la oclusión dentaria, y a anormalidades articulares y óseas.
Factores pato fisiológicos. Alteraciones del Sistema Nervioso Central. (Síndrome de Tourrette, Síndrome de Rett, Parkison…etc.). Trastornos del sueño…etc.
Factores psicológicos. Relacionado con desórdenes psicosomáticos, ansiedad, problemas de personalidad, factores ambientales, estrés y factores psicosociales.
Factores genéticos. Entre el 20 y 64% de los pacientes con bruxismo del sueño puede tener un miembro en su familia que padezca rechinamiento.

¿A quien afecta?
Esta presente en un 6-8% de la población de edad media (16,17) y hasta en un tercio de la población mundial (15,18). No existe predilección por ningún sexo, disminuye con la edad y uno de cada cinco pacientes con bruxismo, tiene síntomas de dolor oro facial.

En cuanto a bruxismo infantil se disponen de pocos datos epidemiológicos y de estudios en este campo, de todas formas este suele remitir espontáneamente y generalmente sin consecuencias. No obstante, hay estudios en que se habla de que el bruxismo infantil es minoritario hasta los 13 años donde se equipara en cuanto a población afectada al nivel de los adultos. Existe cierta controversia en este punto.
En niños es importante diferenciar entre el desgaste normal propio de las edades infantiles y de la dentición temporal y el desgaste propio de un rechinar sin propósito. El problema radica en la determinación de cuál es el límite entre lo funcional y lo no funcional.

¿Cómo se diagnostica?
Para padecer bruixismo se han de dar los signos que lo caracterizan, es decir, rechinamiento y presión mandibular ya sea porque lo confirma la persona que lo padece o porque lo atestigua algún familiar o conocido.

Numerosos autores han creado listados de signos o de criterios diagnósticos.
Kampe y colaboradores en 1997 basan el diagnóstico de bruxismo en cuatro criterios:
1. Rechinamiento dental nocturno atestiguado por algún familiar.
2. Hipertrofia de maseteros.
3. Atrición dental excesiva para la edad del paciente.
4. Dolor muscular o de la articulación temporomandibular.
O por ejemplo, Molina, dos Santos, Nelson y Nowlin en 1999 clasificaron el grado de bruxismo mediante 15 signos y síntomas:
1. Presencia de facetas de desgaste dentario.
2. Ruidos nocturnos dentarios en los últimos seis meses, revelados por un amigo o familiar.
3. Auto información de apretamiento dental diurno.
4. Auto información de tensión y rigidez diurnas.
5. Auto información de tensión y rigidez al despertar.
6. Auto información por despertares nocturnos por rechinado.
7. Hipertrofia de maseteros y temporales.
8. Fatiga de los maseteros al despertar.
9. Fatiga de los maseteros durante el día.
10. Despertar por la mañana con la mandíbula encajada.
11. Dolor cervical al despertar.
12. Dolor en masetero y/o temporal al despertar.
13. Fatiga corporal y/o sensación de mal dormir al despertar.
14. Dolor o malestar dentario al despertar.
15. Historia reciente de desplazamiento de restauraciones.
En este estudio consideran como bruxismo leve padecer de 3 a 5 síntomas o signos, de 6 a 10 moderado y 11 o más como severo.
A parte de los listados de síntomas y de criterios diagnósticos existen pruebas complementarias como las pruebas de esfuerzo muscular, entre otras.

¿Cómo se trata?
Se trataba tradicionalmente con planos o férulas oclusales, los que han demostrado ser eficientes para evitar desgastes dentarios, bajar el dolor facial y la fatiga muscular.

Cambiar hábitos, conductas, tomar consciencia y controlar los factores ambientales también tiene buenos resultados.

Terapias farmacológicas en adultos, basadas en benzodiacepinas como Clonazepam y relajantes musculares como la ciclobenzaprina, que provocan una disminución de la actividad motora nocturna, han sido ampliamente estudiadas, demostrando tener efectos positivos, a corto plazo, en bajar los síntomas.
El tratamiento del bruxismo en niños debe ser lo menos invasor posible, evitando acciones clínicas y farmacológicas. El tratamiento de primera elección para el bruxismo en niños debe comenzar por una información y educación a los padres y al niño y continuar con técnicas de relajación. Es de rigor que, en caso de utilizar aparatos intraorales, haya una perfecta comunicación entre el odontopediatra y el profesional tratante de trastornos temporomandibulares y dolor oro facial debido a que el manejo que hace el odontopediatra en el niño es de vital importancia para el éxito del tratamiento.

Bibliografía
Estudio: Frugone Zambra RE, Rodríguez. Bruxismo. AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA. Vol. 19 –Núm. 3 – 2003.
Tesis doctoral: Hernández Aliaga, Manuel. Estudio sobre el bruxismo y una nueva prueba de esfuerzo. tesis doctoral 2010. FACULTAD DE MEDICINA Y ODONTOLOGÍA. DEPARTAMENTO DE DERMATOLOGÍA, ESTOMATOLOGÍA, RADIOLOGÍA Y MEDICINA FÍSICA. UNIVERSIDAD DE MURCIA.
LavigneGJ, Goulet JP, Zuconni M, Merisson F, Lobbezzoo F. Sleep disorders and the dental patient. O surg O Med O Pathol O Radiol Endod 1999; 88(3): 257-72
Molina OF, dos Santos J, Nelson SJ, Nowlin T. A clinical study of specific sign and symptoms of CMD in bruxers classified by the degree of severity. J Craniomand Disord 1999; 17: 268-79.
Kampe T, Tagdac T, Bader G, Edman G, Karlsson S. Reported symptoms and clinical findings in a group of subjects with longstanding bruxing behavior. J Oral Rehabil 2008; 24(8): 581-7.

Silvia Pastor Lopez
Psicóloga

Colegiada 17944

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