viernes, 30 de marzo de 2012

Desarrollo de la sociabilidad de 0 a 24 meses



El proceso de sociabilidad en el niño surge a partir de la relación que establece con los demás.
Los seres humanos somos seres sociales y es la interacción social que desarrolla las particularidades que lo distinguen como tal.
El proceso de socialización consiste en la aparición por parte del individuo de toda la experiencia social, lo cual le proporciona la posibilidad de integrarse a la vida en sociedad.
El proceso de socialización transcurre a lo largo de toda la vida y se caracteriza por ser de carácter bidireccional, es decir, por un lado se encuentra toda la influencia que ejercen los grupos y por otro, la recepción activa que realiza el individuo. En este proceso bidireccional, los padres adquieren un papel fundamental, ya que son los primeros “agentes de socialización” del niño, las primeras personas con las que interacciona.

De 0 a 3 meses:

Durante los primeros meses de vida los bebés necesitan adaptarse dadas las grandes diferencias entre el útero materno y el mundo al que acaban de llegar. Han de adaptarse a la presión que supone la gravedad, respirar por sí mismos, alimentarse, etc. Por eso mismo pueden llorar al notar que nos alejamos o al no escucharnos, es normal, hasta ahora estaba acostumbrado a vivir escuchando el latir del corazón de su mamá. Podremos observar que con un mes fija la mirada en la cara del adulto cuando este le habla, parece mirarnos fascinado.
Hacia los dos meses nos sigue con la mirada y aparece la sonrisa social (sonríe a las caras familiares). Se queda quieto y se tranquiliza cuando le hablan.
A los tres meses se anima cuando ve el biberón o cuando sabe que ha de mamar. Busca las caras y aprecia la compañía.

De 3 a 6 meses:

Es a los 4 meses cuando ríe a carcajadas al jugar con nosotros y a los 5 cuando ve imágenes reflejadas en el espejo. El espejo ayudará a que el pequeño pueda reconocerse a sí mismo como persona, hecho que se consolida alrededor de los 8 meses.
Es también a los 5 meses cuando reconoce a las personas que están con él habitualmente y responde, con sonidos, a la voz del otro. Gracias a que ya es capaz de reconocernos, hacia los 6 meses puede mostrar miedo o ansiedad delante de desconocidos. Empezará a ser normal que no quiera estar en brazos de personas con las que no está de manera habitual y llore al estar con desconocidos sin la presencia de sus padres.

De 6 a 12 meses:

A los 7 meses entiende su nombre y responde a él, esto quiere decir que si lo llamamos por su nombre se girará a mirarnos.
Con 8 meses el niño participa si jugamos con él al “tat” (el tat es como el juego de “aparecer y desparecer”), este juego le va a permitir poder elaborar la separación de la madre, empezará a comprender que aunque no la ve ella siempre está. Es también a esta edad cuando ya se reconoce en el espejo, comprende el tono de voz del adulto y la relación con la madre se intensifica y se diferencia de las que tiene con otras personas.
Hacia los 9 meses aprende a decir adiós con la mano, comienza a entender el significado de algunas palabras y reconoce algunos juegos. Empieza a conocer los protocolos de las relaciones, que uno habla y el otro debe escuchar en silencio, primeros aprendizajes, bases de la futura comunicación no verbal y de las habilidades de comunicación.
A los 10 meses comprende una prohibición, comprende el significado del NO y le gusta estar en contacto con otros niños, niñas y adultos.

De 12 a 18 meses:

En este periodo está presente otro agente de socialización importante para el niño, la escuela. El niño amplia sus relaciones sociales hacia sus iguales (otros niños), que será con quienes pase la mayor parte del día.
Le gusta comunicarse, juega individualmente, pero también se interesa por lo que hacen los compañeros en la escuela infantil o en otras situaciones.
A los 16 meses le gusta que le expliquen cuentos y le enseñamos imágenes.

De los 18 a los 24 meses:

Se comunica sobretodo con las personas que conoce, que son las que pueden entender su habla y su gesto, en este momento les gusta compartir verbalmente todo lo que hacen.
A los 21 meses pide la bebida y la comida e imita algunas acciones sencillas del adulto, así como frases o palabras escuchadas con anterioridad.
A los 24 meses se llama por su propio nombre y ayuda a poner las cosas en su sitio.

Signos de alarma:

A los 3 meses no sonríe.
A los 9 meses no presenta signos de relación social con la madre o con quien le cuida: consolarse cuando está cerca, reír cuando le acaricia o le dice cosas…
Alrededor del año rechaza cualquier contacto social o afectivo con los miembros de la familia.

Carolina Cardona
Logopeda Col. 3644

1 comentario:

  1. Después de leer tus artículos uno se da cuenta de lo desinformado que esta y ha estado, pero nunca es tarde para aprender, aun me que tiempo para practicar.

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