DESARROLLO COGNITIVO DE 0 A 24
MESES
En los primeros años de
vida del niño, adquieren gran importancia los aspectos relativos a su
desarrollo psicológico.
El desarrollo en esta
primera etapa va íntimamente unido al proceso de maduración del sistema nervioso,
ya iniciado en la vida intrauterina y a la organización emocional y mental del
niño.
Cuando se habla de
desarrollo psicológico hacemos referencia al desarrollo cognitivo, afectivo y
social del niño.
Cada bebé
se desarrolla a su propio ritmo, pero en general, esperamos que todos los niños
a una determinada edad lleguen a adquirir unos mismos aprendizajes, hábitos,
conductas,… por lo que será de gran importancia saber y
reconocer las habilidades adquiridas por las que nuestro hijo pasa en esta
primera etapa.
La
rápida o lenta evolución irá en función del grado de maduración del niño, y de
la estimulación que reciba. Será importante saber detectar precozmente cuando
nuestro hijo no sigue una evolución óptima, en función de su edad.
A
continuación destacamos las adquisiciones clave en cada una de las etapas por
las que el niño pasa de 0 a 24 meses, momento en que experimentará grandes
cambios en su desarrollo cognitivo.
De 0 a 3 meses:
Momento en que los reflejos,
movimientos involuntarios que el bebé no controla, deben perderse para dar paso
a los movimientos voluntarios. El niño deja de succionar (reflejo de succión) o
deja de tener los puños cerrados (reflejo de prensión).
Nos encontraríamos en la
etapa sensoriomotora. Nuestro hijo conoce el mundo a través de sus sentidos
(primeros en desarrollar) y de la motricidad.
-
Aparición de las primeras sonrisas
indiscriminadas y espontáneas hacia los padres.
-
Reconocimiento de la voz materna y paterna.
Todavía prefiere la voz humana al sonido de objetos, su curiosidad irá
aumentando a medida que va creciendo. Su hijo reconocerá su voz.
-
Las
manos permanecerán entreabiertas o cerradas sin fuerza y no realizarán ningún
intento prensor al acercarle el objeto.
-
Se interesa en
las caras. Comienza a seguir las cosas con los ojos y reconoce a las personas a
la distancia.
-
Es capaz de mantener la mirada con el adulto.
Signos de
alerta:
· Cuando
nuestro hijo no nos sonríe.
· No fija ni
mantiene la mirada con nosotros.
De 4 a 6 meses:
Son presentes los primeros
intentos de comunicación del bebe, a partir del lloro, la sonrisa, expresiones
faciales, la mirada, gracias a las cuales puede expresar sus necesidades y
emociones.
-
El niño pasa de estar gran parte del día dormido
a interesarse por lo que sucede a su alrededor.
-
El niño adquiere la prensión, adquisición
fundamental para él. Primeros intentos globales en que el niño utiliza las dos
manos, a veces los pies, para alcanzar el objeto.
-
Pasividad ante un objeto que desaparece, no
muestra ningún tipo de reacción.
-
Momento en que el niño empieza a
experimentar con sus partes del cuerpo buscando estímulos placenteros, como
llevarse el dedo a la boca.
-
Sonrisa intencionada ante los estímulos que
le gustan.
Signos
de alerta:
· No ha
adquirido la prensión, es decir, no es capaz de coger objetos
· No utiliza
alguna de las dos manos.
· Muestra
una pasividad excesiva, es decir, no siente interés por los objetos que tiene a
su alcance.
è De 7 a 9 meses:
Gracias a un mayor control postural y
movilidad, el niño amplia nuevas perspectivas de exploración del ambiente. El
niño no se centra en su propio cuerpo, sino que experimenta con su entorno
(empiezan los primeros desplazamientos).
-
Momento en que el niño repite acciones ya
aprendidas.
-
Imitación de conductas que ya están en su
repertorio (producir sonidos, sacar la lengua,…) El bebé imita las acciones de
los adultos de su alrededor.
-
Aparecen conductas semi-intencionales, las
acciones empiezan a estar guiadas por una intención (patalear, manotazos), con
el objetivo de conseguir algo.
-
Primera adquisición de la permanencia del
objeto. El niño ya no se sorprenderá ante
objetos que desaparecen de su visión, o si juegas a taparte la cara, ya sabe
que sigues ahí.
Signos de
alerta:
· No se
relaciona con el ambiente.
· No se
interesa por tocar las cosas de su alrededor.
De 10 a 12 meses:
En esta etapa el niño
desarrolla su inteligencia a partir de la manipulación y exploración activa de
los objetos y de su propio cuerpo. Explora y descubre el cuerpo humano (barriga,
manos, pies, ojos,…), sonríe cuando ve su imagen en el espejo y se reconoce.
-
El poder desplazarse le permite al niño
poder ir a la búsqueda del juguete que está fuera de su alcance. Aparecen las
conducta intencionales, se propone fines (alcanzar un objeto).
-
El bebé es capaz de regular el
comportamiento según las expresiones emocionales de otras personas.
-
Expresa vergüenza y timidez.
-
Capacidad de recordar donde quedaron los
objetos escondidos.
-
Es característico de esta etapa que el niño
tenga miedo a los desconocidos.
-
Imitará gestos sencillos (como por ejemplo
el juego cinco lobitos, o palmas palmitas,...)
-
Iniciará hábitos de autonomía, como
colaborar en desnudarse o beber en un vaso.
-
Comprende el significado de bastantes
palabras y señala objetos familiares.
- El niño aprende la función que tiene cada objeto,
le dará a cada objeto el uso que tiene. Por ejemplo si tu hijo ve un peine se
lo llevará a la cabeza.
Signos
de alarma:
· Conductas
repetitivas durante gran parte del jueg.
· Si se
divierte realizando un mismo juego, o un mismo movimiento.
· Si no
explora los juguetes.
· Si no
se comunica con el adulto.
De 12 a 24 meses:
Momento de grandes
adquisiciones y cambios evolutivos. Esta edad está orientada a establecer
relaciones con el exterior, el niño aprenderá a adaptarse a situaciones nuevas.
Los niños incorporan conductas, palabras y
acciones a partir de sus interacciones con las personas que los cuidan.
Descubrimiento de medios nuevos por su propia curiosidad,
hace cosas para ver qué sucede (les interesa ver qué pasa cuando tiran algún
objeto al suelo).
En esta nueva etapa
verás como tu hijo empieza a jugar diferente. Golpear los objetos o simplemente
tirarlos ya no es divertido (periodo sensoriomotor,) ahora ha descubierto que
el coche de policía puede hacer carreras e incluso rescatar a gente y meter en
la cárcel a los ladrones, o juega a imitar situaciones reales como jugar a
papas y a mamas; el niño ha entrado en el periodo simbólico, en donde utiliza
un juego más elaborado.
-
Comienza
a reconocer la expresión de sus sentimientos y emociones en entornos
familiares.
-
Es cuando
empiezan a surgir los primeros recuerdos.
-
En el proceso
mental de socialización, se reconoce a sí mismo y a otras personas.
-
En la
adquisición de conductas, reconoce y aprende normas, costumbres y valores.
-
En el proceso
afectivo, se consolidan los vínculos con su entorno. El niño valora en las
relaciones con los demás la cantidad, calidad, proximidad, exclusividad,
accesibilidad, incondicionalidad y permanencia (especialmente con la madre) de
sus interacciones.
-
Esta es la
etapa en que la curiosidad del niño guía su motivación para aprender. Comienzan
a explorar el entorno por iniciativa propia, escogiendo las actividades y
objetos que más le gustan (sobretodo la novedad y las actividades cotidianas
que hacen las personas adultas) relacionando objetos con el uso que tienen.
-
El niño comienza a interiorizar ciertas prohibiciones, lo que le dará una mayor seguridad y confianza, así
como le ayudará a estructurar sus pautas de comportamiento.
-
Se inicia en la conquista de su autonomía (se
mantendrá de pie, dará sus primeros pasos,...), cada vez con mayor seguridad.
Es aconsejable preparar el
espacio para sus avances evitando los peligros.
- El niño va a mostrar mucha avidez e inquietud por conocerlo todo. Su curiosidad le llevará
también a explorar diferentes partes de su cuerpo.
- Alrededor de los 2 años, surge el "no" como organizador de la
conducta. Es la etapa de la negación frente a todo.
Signos
de alerta:
· Incapacidad
para hacer juego simbólico.
· Pasa
constantemente de una actividad a otra.
· No
muestra interés o curiosidad ante la novedad.
BIBLIOGRAFIA:
Guías
del Departamento de Benestar Social y
Familia.
Programa: Crèixer amb tú: els infants de 0 a 18
mesos. Vila, Ignasi. 2007. 2ª ed. Barcelona:
Generalitat de Catalunya, Departament d'Acció Social i Ciutadania, Secretaria
de Polítiques Familiars i Drets de Ciutadania, DL 2007.
Taula
llevant:
Fàbregues-Aladren,
M. et al. (1988). Tabla de desarrollo psicomotor. Barcelona: Generalitat
de Catalunya, Departamento de Sanidad y Seguridad Social.
Asociación
catalana de Atención precoz (ACAP):
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